Vivir Quintana: dejamos de estar en el público, para tomar los escenarios
Cantautora de muchas dimensiones que, desde su trinchera y empuñando su guitarra, defiende sus letras, su poesía y su música.
La cantautora Vivir Quintana y su obra caminan descaradamente libres por géneros muy distintos. Sus canciones pueden ser una caricia de amor o convertirse en grito de batalla por la justicia.
Ella misma es una mujer que viene peleando desde abajo, que se ha curtido y forjado en los escenarios, hace casi 20 años, por su música, por causas sociales y también por las mujeres.
Es una artista de muchas dimensiones que, desde su trinchera y empuñando su guitarra, defiende sus letras, su poesía y su música. Así, ha dado una batalla sin pausas en un mundo que también puede ser machista, o lo ha sido con relativa e indeseable recurrencia: la canción de autor.
En estos días, de muchas presentaciones, entrevistas y, desde un merecido y ganado lugar en la cumbre de las artistas más buscadas y escuchadas en las plataformas de internet, Vivir echa la mirada al retrovisor en esta entrevista, en la que comparte que está preparando su primer disco.
Han pasado muchas cosas, desde que salió de su natal Coahuila, hasta los escenarios masivos, como en el Zócalo de la capital del país, el año pasado, cuando con la chilena Mon Laferte y ante decenas de miles de mujeres, entonó la que hoy es el himno del feminismo en Latinoamérica, Canción sin miedo.
Tomar los escenarios
En la charla larga, pausada, desde el otro lado del teléfono, las frases definen a Vivir. Para ella, el mundo ha sido ciego respecto de las mujeres en el arte y su participación como cantautoras.
“Prefieren las musas antes que las artistas”, dice con contundencia. “El mundo nos pertenece y los escenarios también”, asegura y lamenta que haya la “costumbre de que las mujeres estén en el público y no en el escenario”.
Los pasos de Viviana Monserrat Quintana Rodríguez (Vivir Quintana) han sido muchísimos e intensos, desde que por ahí de los 18 años de edad dejó su natal Francisco I. Madero, Coahuila, ciudad de la zona de la Laguna, de origen ferrocarrilero y luego centro agrícola que fue epicentro del reparto agrario postrevolucionario, en esa región.
El viaje a la capital del país
La inquietud de la cantautora coahuilense superó su estado natal y la llevó a la Ciudad de México.
“Me vine a México como en 2012 y empecé a tocar puertas… No conocía a nadie que se dedicara a la música, absolutamente a nadie. Sólo tenía a mi hermano menor que se había venido, de intercambio, a terminar la carrera… Lo más cercano que pude llegar a vivir fue a Cuautitlán Izcalli (en la zona conurbada con el Estado de México) y ya me sentí muy cerca”.
La suerte y la atención de Vivir dieron frutos cuando, por una entrevista del cantautor Juan Solo, supo de un taller Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM). “Yo no sabía que existía… Fui, hice una audición y me quedé en la segunda generación de taller”.
Para la artista, ningún escenario ni ningún público deben desdeñarse, y sigue con la convicción “de que los sueños se trabajan… Ha sido un camino muy exhaustivo, lleno de aprendizaje, tropiezos también y lleno de experiencias”.
El feminismo en la canción de autora
Ser mujer, en este mundo de la canción de autor, tiene dificultades adicionales, pues en este mundo también hay machismo.
- ¿Cuáles son estas complicaciones?
“Hay muchas, tengo varias, y una de las dificultades es que te cuestionen, por ser mujer, si sabes tocar tu instrumento. Me ha pasado que saco mi guitarra y me han dicho ‘ah, qué buena guitarra traes, ¿y la sabes tocar?’ No, la traigo de adorno y para tomarme fotos -es la respuesta irónica de Vivir”.
Canción sin miedo
- ¿Cómo te tejes como cantautora, porque vas de un género a otro con mucha facilidad y mucha comodidad?
“Como te decía, fueron 10 años de cantar a otros artistas, y además de niños mi papá nos ponía mucha música latinoamericana, norteña, de banda, ranchera, entonces creo que traigo adentro una mezcolanza de todo…”
-Canción sin miedo, que es ya un himno contemporáneo del feminismo, no está planteado como un enfrentamiento de género, no excluye, no aborda el glosario de denuesto del patriarcado y la falocracia, ¿cómo llegas a esta concepción, para convertirla en himno en todo Latinoamérica).
“Era una canción en la que yo quería honrar, principalmente, a todas las víctimas de feminicidios, pero sobre todo quería honrar a las mujeres que luchan en todo el país, como las comandantas de Chiapas, las morras de Sonora, ir como del norte hacia el sur y al centro, tenerlo muy claro. Era importante mencionar la lucha y por qué se está luchando, más que en contra de quién estamos”.
Remata la conversación con el anuncio de que pronto se meterá al estudio, para esa producción, que ya tiene trabajo muy avanzado, muchas canciones para elegir, que se mantendrá en el terreno genuino de la independencia artística. “Tengo la cabeza y el corazón ahí”, concluye Vivir Quintana.