De las pluris que tenían…
Para los inexpertos, novatos y atrevidos líderes de Morena en Puebla, la resolución de ayer de los magistrados de la Sala Superior del TEPJF fue una cubetada de agua fría.
Acostumbrados a torcer la ley a su antojo y a contar con la protección federal, esta vez la Ley Electoral sí les puso un freno que jamás vieron venir.
Palabras más, palabras menos, por necios y gandallas, los cuatro que ya se veían como diputados locales plurinominales, se quedaron con las manos vacías.
Los magistrados les arrebataron de las manos sus sueños —y negocios— a Daniela Mier Bañuelos, la hija de Ignacio Mier Velasco, quien —él sí— se quedará un trienio más en la Cámara de Diputados luego de hacerse de su propia plurinominal.
Pero el poder en familia no es exclusivo de los Mier. También le cortaron las alas a Carlos Evangelista, esposo de Julieta Vences, quien mantiene un pleito en los tribunales para hacer valer su reelección como diputada federal por Ciudad Serdán.
La que parece que está más salada que un chamoy es la diputada local con licencia, Tonantzin Fernández, y no lo digo por el escándalo que le armó su suplente, quien la acusó de querer quitarle la mitad de sus sueldo, no. Tampoco lo señalo por su fracasado sueño de quedarse con la candidatura a la presidencia municipal de San Pedro Cholula, aunque fue a perseguir a Mario Delgado hasta Tlaxcala. Afirmo que debería hacerse una limpia porque la resolución de ayer también la dejó sin su plurinominal, la cual le garantizaba cobrar durante tres años más en el Congreso de Puebla sin tener que hacer campaña.
El último recortado fue Edgar Garmendia de los Santos, quien como presidente estatal de Morena dijo, me merezco una pluri y me la quedo. Si el apellido le suena, es porque su hermano Pedro fue acusado de vender las candidaturas del partido lopezobradorista.
Que bonita familia, tan diferentes, tan transparentes, tan legales, tan justos… en resumen, tan 4T.