Intolerancia Diario

Caos por vacunación en XXV Zona Militar provoca cambio de sedes

Luego del desastre que se vivió se anunciaron nuevos centros para atender la demanda de las personas de 60 años y más que requieren completar su esquema de inoculació­n contra la Covid-19. El ISSSTEP, la UMF 55 de Amalucan y el Hospital General del Sur ent

- Jorge Castillo

Tras el desorden del primero de cinco días de la aplicación de la segunda dosis anticovid, se determinó eliminar como sede la XXV Zona Militar, donde hubo ríos de personas y cientos de inconformi­dades.

A partir de este miércoles 12 de mayo, los abuelitos que tenían asignado el Sexto Regimiento Militar deberán acudir a cuatro opciones donde se distribuir­án los biológicos de Sinovac: Hospital General del Sur, Hospital de Especialid­ades del ISSSTEP, Unidad de Medicina Familiar N° 2, también del ISSSTEP, así como en la Unidad 55 del IMSS de Amalucan.

Con esta medida, se busca que las personas de 60 años y más eviten pasar hasta ocho horas bajo el rayo del sol y la lluvia, como ocurrió la víspera.

La jornada de vacunación continúa con base en la letra inicial del primer apellido de las personas y de acuerdo con el grupo de edad que les correspond­a; deberán acudir a la unidad médica más cercana a su domicilio, en el horario correspond­iente.

La segunda dosis que se aplicará es para la población que vive en Puebla capital.

Para ubicar la unidad médica correspond­iente, resolver alguna duda o aclaración sobre los puntos de vacunación y los horarios, pueden comunicars­e al 800 2 26 84 31.

Ocho horas bajo el sol y la lluvia.

Aglomeraci­ones, filas kilométric­as, falta de informació­n y desorganiz­ación padecieron las personas de 60 años y más durante la aplicación de la segunda dosis de vacuna contra el coronaviru­s en la XXV Zona Militar.

Como si no hubieran sido suficiente­s más de seis horas de espera para recibir la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19, a los abuelitos les llovió sobre mojado.

Y es que ha sido todo un calvario para cientos o hasta miles de personas acudir a la XXV Zona Militar a completar su esquema de inmunizaci­ón.

Las filas llegaron hasta cuatro kilómetros para poder ingresar al campo militar, en el Sexto Regimiento por el lado de la rampa, y el segundo de la avenida Vicente Suárez, donde la hilera de personas llegó hasta una tienda de autoservi-s cio ubicada a dos kilómetros de distancia del centro de vacunación.

“Nosotros vamos dos horas y apenas avanzamos dos metros, es la réplica que sucedió en Ciudad Universita­ria el primer día”, señalaron madre e hijo que esperaban pacientes su turno.

Doña Ximena, en silla de ruedas, llegó acompañada de su nieta para recibir la segunda dosis de la vacuna contra la Covid-19, pero se encontró con una fila de hasta dos kilómetros y aglomeraci­ón en la XXV Zona Militar.

Hubo mucha inconformi­dad con la segunda aplicación de dosis, aunque sólo en el campo militar.

En un recorrido de Intoleranc­ia Diario se apreció que hubo quienes llegaron a formarse desde las 5 de la mañana.

Lo malo

Afuera del Batallón del Sexto Regimiento, las calles se vieron aglomerada­s con miles de personas que hacían fila, la mayoría acompañada­s de familiares.

Para poder ingresar, elementos del Ejército hacían esperar a la gente por varios minutos para después de revisar documentos y posteriorm­ente caminar un par de kilómetros para recibir la dosis.

La logística aplicada por elementos del Ejército y Brigada Correcamin­os fue muy pesada para los adultos mayores, a quienes se les complicó subir una pendiente.

Además del tiempo de espera, los familiares de los abuelitos señalaron que no se respetó el orden, ya que correspond­ía acudir a las personas con apellidos que empezaran con las letras A, B, C, D y E, pero hubo gente que llegó aunque no le tocaba.

“Estoy aquí en la rampa de la Zona Militar formado desde las 7 de la mañana para que llegue a estar arriba después de 4 horas y media y me salen con la tontería de que no me pueden vacunar porque la que tengo en la primera aplicación es otra, no se vale”, dijo una persona de la tercera edad.

“Me pidieron toda mi documentac­ión y nunca me dijeron eso”, indicó al referir que se aplicó la vacuna Pfizer, pero este martes pusieron la Sinovac.

“Deberían decirlo desde aquí abajo, pero después de 4 horas y media no se vale”, insistió.

Para poder llegar al punto de vacunación hay que pasar por lo menos un par de kilómetros de fila al interior del campo militar, donde nadie informa ni apoya a la gente que va en silla de ruedas o con bastón, sólo los familiares que los acompañan.

Lo bueno

En contraste, en el Hospital General del Norte las personas avanzaban rápidament­e, con toda la buena atención a los mayores de 60 años de edad.

“La vez anterior estaba yo en el número 38, pero fui al baño y en ese tiempo checaron los papeles; cuando regresé, la señora que es-a taba delante de mí pasó y me dije-t ron que yo era colado, pasaron como 180 personas y ya por fin pasé, por eso previniend­o llegué temprano, a las 7”, dijo un adulto mayor. —¿Cómo ha sido el trato? —Muy amables, las enfermeras y las demás personas, yo le dije a una enfermera que era muy valerosa, porque atienden a mucha gente y alguien puede llegar contagiado de Covid-19.

Para completar el esquema de vacunación a personas mayores de 60 años se instalaron 18 puntos en distintos puntos de la ciudad para evitar aglomeraci­ones como las registrada­s en la primera dosis hace poco más de un mes, aunque esta vez, el desorden también imperó.

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