Reformas Laborales
son la que plantea incrementar de 15 a 30 días el aguinaldo y la última la que busca la reducción de la jornada de trabajo de 48 a 40 horas semanales.
Estas 3 reformas, salvo la del aguinaldo, no harán que nuestros trabajadores reciban más prestaciones, pero si gravarán considerablemente el costo de las nóminas de nuestras empresas, lo cual obligará a hacer grandes esfuerzos para evitar que todo esto repercuta en el incremento de precios, cuestión que en nada beneficiará a nuestra economía.
Queremos dejar muy en claro que nuestro sector no se opone al incremento de estos beneficios laborales, sin embargo deseamos que exista piso parejo para todos y que se combata de manera frontal la informalidad pues para nadie es un secreto que el 55% de la población económicamente activa lo hace desde la informalidad, donde no hay pago de impuestos, Seguro Social, Infonavit, Etc. Mientras que los empresarios cautivos cargamos con el cúmulo de obligaciones fiscales y laborales que nos imposibilitan a competir con los informales y ofrecer mejores precios.
En medio de todos estos incrementos, el sector gobierno, como uno de nuestros principales clientes, deberá revisar también como impactará en sus licitaciones los aumentos a los que me he referido, pues es evidente que el costo de cualquier obra, sea pública o privada, tendrá que tener un incremento para soportar los inminentes cambios en las prestaciones de nuestros trabajadores.
Adelante con las reformas, pero ataquemos la informalidad que nos pone en situaciones muy desiguales.