MANGANITAS
". Hay agua en Marte .". Rascándose la cabeza -anoche lo supe youn beodo preguntó:
"¿Y no hay tequila o cerveza?".
De tal batiburrillo es consecuencia la deplorable situación de esa entidad, que merece mejor suerte. El más absoluto desorden social y político se vive hoy en Guerrero. Si el héroe epónimo resucitara y viera lo que sucede en la tierra de su nombre, seguramente se mesaría las patillas y furioso, y al mismo tiempo contristado, regresaría a su ataúd. La pasión de la carne no es paciente. En la soledad de su estudio el pintor tomó en sus brazos a su bella modelo y la tendió en la otomana, chaise longue, diván o canapé que tenía especialmente dispuesto para llevar a cabo esos trances de voluptuosidad. En ese preciso instante se oyeron pasos en la escalera. Lleno de sobresalto le dijo el artista a su modelo: "¡Es mi mujer! ¡Rápido! ¡Desvístete!". FIN.
Don Pedro de Genil y Llera, alcalde de Montesanto, se enamoró perdidamente de una mujer mora. Por ella dejó a su esposa y a sus hijos; por ella perdió el cargo que de manos del Conde de Luna había recibido; por ella -sacrilegio- renunció a la fe cristiana y tomó la del Profeta.
La mujer era codiciosa, ávida. Don Pedro empleó todas sus riquezas en satisfacer los caprichos de la amada, que gustaba del oro y de las joyas. Las tierras de pan ganar que el señor había heredado de sus antepasados cayeron en poder de la ambiciosa parentela de la hetaira.
Bien pronto ésta se cansó de su amador y lo cambió por un mozalbete de su misma ralea y condición. Don Pedro, así burlado, volvió a su pueblo hecho un mendigo. Todos le dieron la espalda, y primero que todos su esposa y sus hijos.
Ahora, ciego, don Pedro va de pueblo en pueblo cantando coplas a cambio de un trago de vino o un mendrugo. Una de sus canciones dice: "De hidalgos ha de ser / perder fortuna y nombre por causa de una mujer".
¡Hasta mañana!...