A 30 años del asesinato de Colosio

Hace 30 años vivíamos una campaña presidencial plagada de acontecimientos paralelos sin precedentes. El uno de enero de 1994 se levantan en armas un grupo de indígenas chiapanecos, encabezados por el “Subcomandante Marcos”, cubiertos con pasamontañas y algunos con rifles de madera, otros con machetes y también los había con armas reales; entra en vigor el Tratado de Libre Comercio para América del Norte.

Este 23 de marzo se cumplen, también, 30 años del asesinato del candidato del PRI a la Presidencia de México, Luis Donaldo Colosio Murrieta, en Lomas Taurinas, Tijuana, después de un mitin. El único personaje detenido, juzgado y sentenciado fue Mario Aburto Martínez. Los abogados de Aburto ganaron un amparo para revocar la sentencia de 45 años de prisión impuesta en 1994, bajo el argumento de que debió ser sentenciado conforme al fuero común y no el Federal.

La sentencia dictada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia penal del Estado de México en octubre de 2023 invalidó la condena de 45 años de prisión por considerar que fue incorrecto juzgar y condenar a Mario Aburto Martínez con el Código Penal Federal vigente en 1994. Los Magistrados del tribunal en cuestión determinaron que debió ser condenado a 30 años de prisión, pena máxima prevista en el Código Penal de Baja California en 1994, conforme al fuero común ya que Colosio no era servidor público.

En la Suprema Corte se había agendado para su discusión el pasado 13 de marzo pero el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá solicitó más tiempo para analizar el expediente, con ello se descartó que esté sábado pudiera salir de la cárcel Mario Aburto.

Según consta en los informes el asesinato de Colosio ocurrió a las 18:55 horas de ese 23 de marzo en Lomas Taurinas en Tijuana. Todavía resonaban en ese cañón las palabras de Luis Donaldo Colosio que habían estremecido a la clase política del país: “Veo un México con hambre y sed de justicia”. Por cierto estas palabras dieron un giro a su discurso a partir del 6 de marzo cuando las pronunció por primera vez en el monumento a la Revolución en la Ciudad de México.

Por cierto el único periodista que pudo entrevistar a Mario Aburto fue el codirector del Semanario Zeta, Jesús Blancornelas,

pero no le dijo más de lo que ya se había registrado, el asesino solitario.

¿Cuántos priistas quedan que acompañaron a Colosio? No sabría decirles, pero cada año eran menos quienes acudían al monumento Colosio en Lomas Taurinas. Uno de sus más cercanos era el hoy gobernador de Sonora, su paisano, Alfonso Durazo Montaño, ahora morenista. De la Fundación Colosio poco o nada se habla, Colosio perdió brillo.

Su hijo Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde con licencia de Monterrey y candidato al Senado por Movimiento Ciudadano dijo que perdonaba a Mario Aburto, asesino de su padre, lo dijo un 16 de marzo en la Cámara de Senadores: “Yo perdono a esa persona (refiriéndose a Mario Aburto), que Dios lo bendiga, que salga libre, que se vaya de México”.

Era un niño cuando mataron a su padre, ahora se prepara para ser un político como su padre y renunció a la posibilidad de ser candidato hoy a la Presidencia de la República, pero lo podría ser en 2030 y con la misma edad de su padre que murió a los 44 años y Colosio Riojas al día de la elección tendrá 44 años. Y como dijo Luis Donaldo Colosio Riojas. “Dejemos que México le de vuelta a la página de una parte muy sombría de su Historia”, a 30 años del magnicidio en Lomas Taurinas de Tijuana.