MANGANITAS
". Ataca AMLO a Loret.".
Le lanza, entre grito y grito, ofensas, acusaciones, agravios y maldiciones. Pero ante Trump, calladito.
excelentes chicos y chicas edecanes que me apoyaron tan amablemente. La memoria se engalana con el rico sabor de la cocina yucateca y con el cantarín acento de los meridanos. Por todo eso, Laus Deo. Esto es decir a la manera agradecida de antes: "Alabado sea Dios". "Pagaré el doble de lo que cobran, pero ha de ser como yo quiera". Pensaron las mujeres de aquella mancebía que el hombre que les hacía tal ofrecimiento gustaba de alguna perversión, y se negaron a acompañarlo al cuarto. Sin embargo una de ellas, necesitada del dinero, accedió a ir con él. Media hora después salió de la habitación profiriendo maldiciones. "¿Cómo quería?" -le preguntaron las otras, intrigadas. "Igual que todos -bufó la suripanta-, pero fiado". FIN.
Su nombre: Héctor Armando Martínez Martínez. Su ciudad y su casa: Monterrey.
Su amor más grande: su familia.
Su corazón: enorme, tanto que se necesitaba un cuerpo alto y robusto para poder llevarlo.
Sus cualidades: ¿podrán darme todas las páginas del periódico para enumerarlas?
Su principal característica: la generosidad. Gustaba de la música, y del sentimiento que con ella va. Gustaba de la amistad. A quienes tuvimos la fortuna de gozar su trato nos llenaba de dones. Nos llenó, sobre todo de recuerdos.
Su vida fue de trabajo, y su trabajo dio la vida a muchos. Empresario exitoso, alcanzó alturas elevadas, pero jamás perdió la sencillez de sus orígenes, modestos, casi humildes.
Héctor Armando Martínez Martínez. Para quien fue como él no existe ausencia. Seguirá con nosotros, como siempre, y sentiremos su abrazo. Como siempre.
¡Hasta mañana!...