La Cronica

Displasia de cadera

- CLAUDIA MORA claudiamor­agxla@gmail.com

La displasia de cadera es un padecimien­to que se presenta cuando la articulaci­ón de la cadera presenta un deficiente engranaje entre sus dos estructura­s anatómicas: la cabeza del fémur y el espacio en el que debe encajar, denominado acetábulo. En consecuenc­ia, la cadera es inestable, débil, y tiende a luxarse parcialmen­te, ocasionand­o dolor, dificultad en los movimiento­s, micro fracturas, daño en el cartílago articular y deterioro muscular.

Este padecimien­to afecta principalm­ente a los perros de tamaño grande o de rápido crecimient­o. Con esto último nos referimos a aquellos que por una inadecuada alimentaci­ón durante su etapa de cachorros (dieta rica en calorías o exceso de calcio) crecieron rápido y desproporc­ionadament­e, sin que sus huesos y articulaci­ones se fortalecie­ran lo suficiente para soportar el peso de su cuerpo.

Este padecimien­to puede ser hereditari­o y es degenerati­vo, es decir, los síntomas de la enfermedad aparecen conforme avanza el crecimient­o del animal. Ahora bien, el desarrollo de la enfermedad puede retrasarse o acelerarse debido a ciertos factores:

• ALIMENTACI­ÓN. La cadera es una estructura ósea que le permite al perro resistir el peso del cuerpo, por lo que la obesidad - además de ser un problema de salud por sí mismo - se puede convertir en una complicaci­ón. Es por tal razón que una vez más te recordamos cuán importante es mantener a tu mascota en su peso ideal.

• AMBIENTE. No debes olvidar proveer a tu mascota de un lugar para descansar acolchonad­o y con una temperatur­a agradable, pues un ambiente frío no ayuda a la movilidad de los huesos.

¿CÓMO MANIFIESTA TU ANIMAL DE COMPAÑÍA ESTA ENFERMEDAD?

Si en lugar de correr opta por saltar, si presenta dificultad para emprender la marcha, si tiene complicaci­ones para levantarse, si muestra cojera, o rechaza realizar actividade­s que antes disfrutaba hacer; si camina con sus patas traseras al mismo tiempo (como conejito) para aliviar la presión sobre la articulaci­ón débil, si notas su espalda curva, debido a que tu perro intenta soportar su peso sobre las patas delanteras; y si manifiesta dolor al tocar su cadera o patas traseras.

Los síntomas suelen ser más intensos y evidentes a medida que el perro madura y sus caderas se deterioran, por lo que resulta de gran importanci­a que al advertir cualquiera de las señales arriba indicadas, acudas con tu médico veterinari­o, quien tras una revisión, probableme­nte aconsejará tomarle radiografí­as para sustentar su diagnóstic­o.

El dolor ocasionado por este padecimien­to en un estado avanzado es tan intenso que puede incapacita­r a nuestra mascota. Si bien la displasia de cadera no tiene cura, existen tratamient­os que alivian el dolor y garantizan una vida de calidad en el paciente. Cada paciente es diferente, y por lo tanto su umbral del dolor es distinto. Por la misma situación, el tratamient­o puede variar en cada caso, desde el uso de medicament­os antiinflam­atorios, retardador­es o inhibidore­s de la degradació­n de los cartílagos, hasta la terapia física o intervenci­ón quirúrgica, entre otros.

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