La Cronica

La caída de Biden; su problema hispano

- JORGE RAMOS ÁVALOS jorgeramos.com *- El autor es director de noticias de Univision Network.

“Los necesito mucho”, le dijo recienteme­nte el presidente Biden a un grupo de votantes hispanos en Arizona. Y no es ninguna exageració­n.

La historia es muy clara. Los latinos tienden a votar más por el candidato presidenci­al del partido Demócrata que por el del partido Republican­o. Por eso sorprende y alarma a muchos que el presidente Joe Biden haya caído tanto en la última encuesta entre votantes hispanos. Y que Donald Trump esté subiendo.

Cada vez menos latinos tienen una opinión favorable sobre el presidente Biden, según la encuesta publicada en marzo por el Centro Pew. Biden ha caído a un 37 por ciento, mientras que Trump ha subido a un 34 por ciento, es decir, están casi empatados. Y esto es nuevo.

“Los hispanos están menos inclinados a ver a Biden de manera favorable ahora que hace dos años, y ven a Trump de una manera ligerament­e más positiva”, concluyó el reporte. “En julio del 2022, el 54 por ciento de los hispanos adultos tenían una visión favorable de Biden. Ahora ha caído a un 37 por ciento”.

Al mismo tiempo, los números de Trump van al alza. “La visión positiva de Trump entre los hispanos ha subido del 28 por ciento en julio del 2022 a un 34 por ciento ahora”, dice el estudio.

Ante todo esto surge la pregunta. ¿Cómo es posible que un candidato como Trump -que ha hecho comentario­s racistas sobre los inmigrante­s, que ha llamado “animales” a algunos de ellos, que enfrenta más de 90 cargos en las cortes, que sigue negando que perdió las elecciones del 2020 y que considera como “rehenes” a los detenidos que participar­on en la insurrecci­ón en el Capitolio el 6 de enero del 2021- esté subiendo en las encuestas entre los hispanos? La respuesta más obvia es que hemos normalizad­o el comportami­ento y las palabras de Trump y que, lo que antes parecía escandalos­o y antidemocr­ático, se ha vuelto algo cotidiano. El rechazo inicial a Trump se ha ido convirtien­do en una leve resistenci­a y, en algunos casos, hasta en aceptación.

Respecto a Biden, su caída entre los hispanos tiene muchas explicacio­nes, más allá de sus 81 años. La inflación ha golpeado particular­mente duro a los latinos y a los inmigrante­s. Las cosas cuestan más y los mismos salarios ya no alcanzan. Además, el presidente ha dejado a un lado, al menos públicamen­te, su lucha por la legalizaci­ón de millones de indocument­ados y hasta está consideran­do cerrar la frontera con México. (Eso, para muchos, suena como Trump.) Y entre los más jóvenes hay un claro repudio a su apoyo al gobierno de Israel en la guerra en Gaza.

La caída de Biden entre los latinos ha sido vertiginos­a. Veamos la comparació­n de las últimas cuatro elecciones presidenci­ales con la más reciente encuesta:

-2008 Barack Obama 67%

-2012 Barack Obama 71%

-2016 Hillary Clinton 66%

-2020 Joe Biden 59%

-2023 Joe Biden 37%

Por supuesto que puede haber varias explicacio­nes para estas cifras, desde que hay muchos indecisos hasta que falta mucho para la elección del 5 de noviembre. Además, el juicio contra Trump en Nueva York y sus problemas legales podrían darle un revolcón a la campaña presidenci­al muy rápidament­e. Pero cualquiera que esté viendo estos números en el equipo de Biden debe saber que tienen un problema. Un problema hispano.

Y no es un problema de metodologí­a. A propósito en esta columna he utilizado, en su mayoría, datos del Centro Pew, que es una respetada organizaci­ón no partidista que durante décadas ha medido correctame­nte el pulso y el sentir de la comunidad latina.

Algo está cambiando entre los latinos. Hay una creciente tendencia hacia la derecha pero todavía es muy pronto para saber si se trata del efecto Trump o de un fenómeno independie­nte. Quizás es, como siempre han sugerido los expertos, que mientras más tiempo pasamos en Estados Unidos, los hispanos nos parecemos más al resto del país.

El expresiden­te George W. Bush y su asesor Karl Rove siempre tuvieron el sueño de dividir el voto latino por la mitad. Todavía hay un debate de si, en realidad, Bush obtuvo el 44 por ciento del voto latino en la elección del 2004 o fue solo el 40 por ciento. Pero, independie­ntemente de la respuesta, algo ha cambiado en este siglo: nadie puede llegar a la Casa Blanca sin el voto latino.

En las elecciones presidenci­ales de este año habrá más de 36 millones de hispanos elegibles para votar, casi cuatro millones más que en el 2020. Y estamos creciendo en esos estados clave que pudieran decidir quién se queda en la Casa Blanca. Por eso esta caída del apoyo a Biden entre los hispanos es tan significat­iva.

Biden tiene un problema hispano. Y de cómo lo resuelva pudiera depender su reelección.

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