Lo que debes tener en cuenta
La figura del padre
A los hijos hay que darles amor y educar desde la empatía, siempre teniendo en cuenta la visón de los niños. Pero nunca se debe olvidar quién es el padre ni el respeto que se le debe. Los progenitores son la máxima autoridad en casa y quienes imponen las normas, que pueden ser debatidas pero no cambiadas sin la autorización de los adultos. A medida que va creciendo el niño es posible que esta figura de autoridad se vaya diluyendo a medida que el hijo crece y se transforma en adolescente. Mantenerse duro en estos momentos es muy importante. Permitir que los hijos salgan con sus amigos y se diviertan es algo aconsejable ya que favorece su socialización, pero permitirles todo no es para nada recomendable. Algunos padres ceden con el fin de evitar largas discusiones con los adolescentes o ante el chantaje emocional de los mismos.
Seguridad y autonomía
En otros casos la culpa de la esclavización de los padres es de ellos mismos, de su sobreprotección por los más pequeños.
Hay muchos progenitores que se exceden en sus labores y dan todo hecho a los niños, lo que no les permite a estos desarrollar su autonomía, haciendo de ellos personas más inseguras que no se sientan capaces de dar un paso sin la autorización de los padres.
Hay que animar a los hijos a que se atrevan con nuevos retos. Aconsejarles en lo posible, pero nunca no permitirles que den un nuevo paso en pos de su autonomía. No hay que tener miedo de que los niños se equivoquen, de los errores también se puede aprender.