Ve r d a d e s
El papa Juan Pablo II hablaba con sus colaboradores sobre la posibilidad de retirarse, pero le aconsejaban que no lo hiciera por el bien de la Iglesia, dijo su ex secretario en un libro de reciente publicación. Un libro de entrevistas con el prelado polaco Mieczyslaw Mokrzycki, “Secretary of Two Popes” (“Secretario de dos papas”) revela hechos de la vida cotidiana de Juan Pablo II y su sucesor, Benedicto XVI. Mokrzycki, que ahora es arzobispo de Lviv, Ucrania, fue secretario del Papa de origen polaco desde 1996 hasta su muerte en 2005. Luego fue secretario de Benedicto XVI de 2005 a 2008.
Según el libro, ambos pontífices dedicaban buena parte del día a la oración, pero el gregario Juan Pablo II invitaba a amigos y colaboradores a las misas matutinas y a discusiones durante la comida, mientras que Benedicto VXI prefería “comer en paz” y dedicaba su tiempo libre al piano. Las reflexiones de Juan Pablo II sobre su renuncia ya eran conocidas gracias a su secretario personal, el cardenal Stanislaw Dziwisz. Pero Mokrzycki describe las circunstancias.
El pontífice solía preguntar a sus acompañantes en la mesa —el secretario de Estado, cardenal Angelo Sodano, y otros cardenales y obispos— si no debía renunciar debido a su edad y mala salud.
“Todos le aconsejaban que no lo hiciera”, dijo Mokrzycki. Sostenían que más gente acudía a sus misas desde que lo veían cumplir con su deber a pesar de sus padecimientos.
El popular pontífice, nacido Karol Wojtyla en Polonia, murió el 2 de abril de 2005 a los 84 años. Benedicto XVI, de Alemania, lo canonizó en 2014. La conclusión del mismo dilema fue distinta para Josef Ratzinger, quien renunció inesperadamente al papado en 2013, a los 83 años, alegando que le fallaban sus fuerzas. Ahora es el “papa emérito Benedicto XVI” y reside en el Vaticano. “Tiene relaciones excelentes con el papa Francisco y no creo que se sienta solo”, dijo Mokrzycki. Recibe muchas visitas, “más gente que durante su pontificado”.