Enfermedad de Crohn
Se estima que a nivel mundial son cerca de 5 millones las personas afectadas por estas enfermedades tan debilitantes y que tanto afectan a su estilo de vida.
La concienciación debe ser el primer punto de partida por el cual, la propia ciencia, las instituciones médicas y las políticas sociales, sean capaces de unirse para ofrecer nuevos tratamientos y esperanzas a este sector de la población. La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria crónica que puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal, es decir, desde la boca hasta el ano.
Afecta con frecuencia el extremo inferior del intestino delgado y el comienzo del intestino grueso. No se conocen sus orígenes ni sus desencadenantes, pero está relacionado con alteraciones genéticas que afectan las funciones inmunitarias, provocando una reacción inflamatoria como respuesta ante la presencia de algunos agentes nocivos.
Factores relacionados:
Esta patología hace parte de los llamados trastornos autoinmunitarios, dado que el sistema inmunitario ataca por error el organismo, inflamando y generando daños en el tejido sano del sistema digestivo.
Esta hinchazón, que se da de forma permanente cuando no se le brinda tratamiento, engrosa las paredes intestinales y afecta las funciones gastrointestinales.
Entre los factores que influyen en su aparición se destaca:
—Los genes y antecedentes familiares: existen hasta 10 veces más probabilidades de padecerla si un familiar en primer grado también lo padece. —Factores ambientales: el consumo de tabaco y las toxinas derivadas de la contaminación están vinculados con la tendencia a padecerlo. —Virus y bacterias: el crecimiento excesivo de virus y bacterias en el sistema digestivo activa los mecanismos del sistema inmunitario. —Alimentación: el organismo no es capaz, o tiene dificultades para digerir, algunos tipos de proteínas provenientes de los alimentos.
—Edad: aunque puede ocurrir a cualquier edad, los diagnósticos suelen darse en personas entre los 15 y 35 años.
Síntomas:
Los síntomas de esta enfermedad pueden variar en cada paciente, en función de la parte del tubo digestivo que se encuentra afectada.
Estos fluctúan de leves a graves y, aunque algunas veces son permanentes, en muchos casos aparecen y desaparecen con períodos de reagudizaciones. Una persona puede estar padeciendo enfermedad de Crohn si percibe:
—Dolores abdominales fuertes. —Sensación de fatiga.
—Pérdida del apetito.
—Sensación de defecar, incluso cuando los intestinos ya están vacíos.
—Diarrea acuosa, algunas veces con sangrados. —Pérdida de peso.
—Fiebre.
Además, en algunos casos los síntomas también pueden incluir:
—Periodos de estreñimiento. —Inflamación y dolores articulares. —Úlceras bucales.
—Sangrado rectal. —Protuberancias rojas y sensibles bajo la piel. —Úlceras cutáneas.
Tratamiento:
Aunque en muchos casos la enfermedad de Crohn lleva a los pacientes a una cirugía en la que, por lo general se extirpa la parte enferma del intestino, la mayoría de los pacientes consiguen sobrellevarlo con el consumo de algunos medicamentos y cambios en su estilo de vida. Medicamentos:
—Los tratamientos farmacológicos incluyen antidiarreicos y antiinflamatorios.
—Los suplementos de fibra ayudan a reducir la severidad de los síntomas.
—El paracetamol puede reducir el dolor leve. No se debe consumir aspirina, ibuprofeno o naproxeno, dado que estos empeoran los síntomas. Alimentación:
—Una dieta balanceada, controlada en calorías y que incluya todos los grupos de nutrientes puede mejorar la calidad de vida de los pacientes con esta condición.
Se recomienda:
—Evitar el consumo de alimentos procesados, frituras y refinados.
—Aumentar el consumo de agua.
—Evitar la ingesta excesiva de alimentos ricos en fibra.
—Limitar el consumo de lácteos en caso de sufrir de intolerancias.
—Reducir la ingesta de alimentos que causan gases como los condimentos y las legumbres.