La i Campeche

La cinta de video

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Todo ocurrió un fin de semana en mi casa de campo por llamarlo de algún modo, había ido con mis padres y un amigo. Se presentaba un fin de semana genial, lo íbamos a pasar en grande, fiestas, piscina, chicas... lo de costumbre. la primera noche que estubimos en mi casa nos dió por contar historias de miedo, y cuando me tocó a mi y ya que me conocía el pueblo le conté la historia de una fábrica abandonada que había a unas tres manzanas, la leyenda contaba que cuando la fábrica fue abandonada la utilizaron de punto de encuentro para traficante­s y que en una ocasión hubo un tiroteo y un hombre murió, dicen que su alma estaba atrapada en la fábrica, quien sabe... yo no me lo creía.

Así que esa misma noche mi amigo me dijo que sería divertido ir a hechar un vistazo, puesto que yo no creía en fantasmas me pareció una idea entretenid­a y cojimos el coche y mi cámara de vídeo, llevábamos muy poco rato en el coche y mi amigo pusó un CD de psicofonia­s que le vinó en una revista de lo paranormal. Yo no creía en todo eso, pero joder, esas voces daban miedo... Pasó poco rato cuando ocurrió... yo estaba filmando el paisaje y escuchando el CD, cuando pasé la vista de la cámara por el cristal del coche y... allí estaba reflejada la cara de una persona!!! lo prometo!!! antes de reaccionar me quedé unos instantes mirando para intentar buscar una explicació­n, pero no había, y lentamente me giré hacia mi amigo y se lo dije, cuando miró se asustó tanto que lo único que se le ocurrió fue sacar el CD de la radio y tirarlo por la ventanilla, y cuando volvimos a mirar ya no estaba la cara... y justamente habíamos llegado a la fábrica. Y ya que estábamos no nos hibamos a volver, y además, de alguna forma una experienci­a así te incita a hacer cosas... raras ¿vale?.

Bajamos del coche y entramos en el terreno lleno de malas hierbas y árboles. La fábrica estaba vieja y oscura, no voy a mentir, daba miedo. Descubrimo­s que la puerta delantera estaba sellada con tablones de madera, aunque las ventanas de arriba estaban abiertas y mostraban la oscuridad del interior, y no... no vi ninguna silueta típica de las pelis. Fuimos a la parte de atrás y... bingo! la puerta estaba abierta, nos lo pensamos un poco antes de entrar, pero al final, entramos, mi amigo alumbraba con la li nterna. había una especie de recepción minúscula y muy sucia, me pareció ver alguna rata. Entonces reparé en una puerta que había a mi derecha con un candado enorme y oxidado, le pedí la linterna a mi amigo y me dispuse a golpear el candado. Entonces pasaron dos cosas que no me gustaron mucho, una fue que la linterna se apagó como es de esperar y la otra, que justo después del golpe se escuchó un portazo justo detrás de la puerta... la verdad... no recuerdo haber corrido tanto en toda mi vida, que se nos olvidó el coche, pero de ahí no se iba a mover... fin

Me ha gustado compartirl­o, y si alguien no se lo cree y necesita pruebas, recordad que tengo una cámara de video con una cinta aún por terminar...

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