El Resumen
Ojos rojos, Campeche entre la fantasía
Presentan datos y resultados que no ven los ciudadanos
De contagio la semana campechana. Por una parte, los casos de conjuntivitis que prácticamente se han transformado en una epidemia, y es que miles de campechanos ya padecen este mal de los ojos y aunque la cifra se desconoce, la Secretaría de Salud, dice que no hay epidemia; la realidad es que prácticamente en todos lados hay, pues se pueden ver enfermos en escuelas, oficinas, tiendas y demás. Se estima que por lo menos, a diario hay un caso.
El mal va al alza y es que comenzó en el vecino estado de Quintana Roo, pero debido a la cercanía que hay y a los viajes frecuentes del inter estado, la enfermedad cruzó fronteras y llegó a Yucatán, posteriormente a Campeche, los resultados ya los conocen, prácticamente una epidemia de conjuntivitis.
Otros que se contagiaron pero de fantasías fueron los 11 alcaldes campechanos, pues durante la semana rindieron su segundo informe de labores, ninguno dio cifras reales, contaron una realidad que solo ellos ven, pues de las carencias de los servicios públicos en sus administraciones solo presentaron justificaciones. Los peores como se podría esperar, fueron los de Carmen y Campeche, Pablo Lazarus, desajenado de sus propios problemas y los del estado, marca al municipio carmelita como si fuese otro estado y poco le importa lo que los demás campechanos piensen o cuestionen de su administración.
Edgar Hernández, aún más inmerso en su mundo, tuvo el descaro de informar logros y una realidad que ya ni él se cree, pero fue fiel a su soberbia y déspota como siempre, poco le importó si le creen o no. Mentiras y justificaciones de su pésimo trabajo fue el común denominador minuto a minuto en su segundo informe, lo único que le hizo falta fue mostrar maquetas de cómo van a quedar sus trabajos para terminar de crear el Campeche ficticio, que solo él se cree.
Así informó que se ha trabajado en bacheo de las calles, que se han pavimentado 514 kilómetros de calles lineales y vialidades, justificó su ineficiencia al señalar que por lo menos 30 calles que fueron atendidas se lavaron y quedaron como si no se hubiera trabajado en ellas, lejos quedó aquel compromiso de campaña en el que presumía el trabajo de Fernando Ortega, en la ría, del cual dijo fue participe “las calles bien hechas y a pesar del tiempo seguían en condiciones óptimas y sin baches, lo que bien se hace perdura”, palabras más, palabras menos, decía en sus caminatas pidiendo el voto. Hoy la tortilla se le volteó ¿no que lo que bien se hace, perdura? Se le podría cuestionar, pero seguro se haría al lolo y seguiría su camino, para eso sí es bueno, como diría un buen amigo “salió bueno para la soberbia”.
De las luminarias dijo se han cambiado muchas, y como no, si es buen negocio, ya están privatizadas, problema que le dejará al que viene, de la basura, pues ahí ni hablar, según él, no hay problema alguno. Presumió obtener el Premio Nacional del Buen Gobierno Municipal 2016 por cubrir necesidades de agua, premio que no refleja la carencia del vital líquido que hay en las comunidades y colonias de la capital, basta recordar cómo algunos diputados con pipas surtían a su distrito, toda vez que tenían carencias en el suministro y la administración de Edgar ni caso les hacía, así de ficticia es su realidad. Llegaron los brigadistas campechanos que fueron a ayudar en el sismo de la CDMX, como héroes fueron tratados, triste es que esto se haya tratado como circo y no como lo que es, una acción de ayuda, lo mismo con los tráilers de víveres que los campechanos envían a nuestros hermanos de otros estados, cada vez que salen hasta banderazo de salida se les da ¿será necesario?.
PD: “Lo bueno que ya en un año se va a su casa Edgar Hernández, lo malo que es el último año donde menos trabajan, así que agárrense….