¿Cómo poner remedio a la discriminación?
Lo primero que habrá que hacer será detectar esas ideas. Habla con tus hijos y escucha sus comentarios acerca de inmigrantes, gitanos, etc. Suelen ser generalizaciones extraídas del colegio, de la calle o de los medios de comunicación. Es importante hablar con los profesores para conocer sus amistades en la escuela. Ciertamente, todo se resume en hablar, hasta poder entablar conversaciones sinceras y en confianza con tu hijo. Habrá que comprender y disculpar sus crisis y sus euforias. Y todo para evitar que crezca en él la semilla de la violencia o la intolerancia.
Consejos para evitar la discriminación:
—Aprovecha temas de conversación con tus hijos para ir encauzando sus actitudes de desprecio hacia otras personas de distinto color, religión, o etnia. —Habrá que conocer sus amistades, lugares de ocio, actividades preferidas, para ponerte en alerta si detectas signos de algún tipo de apoyo a la violencia, como navajas, símbolos fascistas, etc. —A veces habrá que rectificar en tus planteamientos y pautas de conducta, y no animar a tus hijos a la violencia. Anímale a arreglar las desavenencias con sus compañeros o profesores mediante el diálogo y las soluciones pactadas. —Ayuda a tus hijos a crearse expectativas de futuro, proyectos ilusionantes por los que valga la pena luchar. Un horizonte claro puede ser de ayuda para ver las cosas con otra perspectiva. —Anímalo a participar en ONG*s, asociaciones juveniles, grupos culturales y deportivos. Es la mejor manera de encauzar su ocio, de lo contrario pueden adquirir hábitos como el alcohol, el pandillismo, etc. —Evita en casa actitudes despectivas contra personas de distinto color, etnia, sexo o religión. Aunque no vayas a hacer nada contra ellos, tus hijos pueden alimentar la semilla de violencia.