El hombre más longevo de Seybaplaya
Don Néstor Navarrete H. “El campo fue mi vida”
Si Dios lo permite, el próximo 9 de abril Don Néstor Navarrete Huchín cumplirá los 105 años de vida, coronándose como el adulto más grande de Seybaplaya, en el municipio de Champotón, Campeche.
Aunque decir 104 años es muy fácil, vivirlos es otra cosa; pues el espíritu de vida de este longevo ciudadano se constata el fuerte tono de su voz y en la percepción de la vida en tiempo y espacio. Originario de la localidad de Akil, Yucatán; Don Ne’, como lo conocen en seyba, nos contó que desde muy pequeño su familia viajó a Seyba Cabecera (poblado fantasma del municipio de Champotón), para ser posteriormente abandonado por su progenitor.
“Mi papá me dejó muy chico con mi mamacita en Seyba Cabecera. Ahí comíamos puro frijol, tomate, maíz, verduras, todo lo que comíamos lo sembrábamos. Sembrábamos hasta para vender”, recordó Don Ne’.
La ausencia de la figura paterna, no lo desestabilizó, todo lo contrario; reveló que debido a la precaria situación que vivían, el campo fue la fuente de empleo de aquel entonces. “Mi trabajo fue puro campo. Trabajaba a pulso. Cosechaba mi maicito en la espalda, pasó mucho para que pagara a un carro para que lo llevara a la casa. Ese fue mi oficio: el campo. Hoy ya no puedo caminar, las rodillas me aflojan”, agregó don Né.
Pasó el tiempo y con él la infancia, la adolescencia y la juventud en medio de la siembra, la cosecha y el trabajo rudo.
Sin embargo, los apretados días y los sinsabores de la vida derivados de la pobreza no fueron impedimento para que se casara y lograra establecer una familia. Si bien el principio de tal unión fue incierto dadas las precarias circunstancias; las jornadas laborales se prolongaron hasta en las noches para conseguir un poco más para su hogar.
“Mi casita primeramente fue de huano. Después logré hacer una de material, pero tardó. Me gustó la cacería, tiré muchos venados. Después que venía del campo, en las noches me largaba a la cacería, a tirar. Cuando eso había mucha tiradera. Cazaba para vender, con eso me ayudaba”, declaró Don Néstor Navarrete. En la actualidad, debido a su cansada figura, es atendido por su hija Juanita Navarrete Puch, quien le proporciona el cuidado y afecto las 24 horas. Juanita detalló que a pesar de la edad de su padre, éste consume de dos a tres bebidas de chocolate diarias, cazón, puerco molido, huevo con queso o longaniza, todos acompañados de pan de caja. “Cuidándose, sí llega uno”, terminó Don Néstor, quien hasta hoy tiene 9 hijos, 27 nietos, 93 bisniestos, 35 tataranietos y los que faltan.