Agua, el mejor aliado
Los bebés con dermatitis atópica tienen la piel especialmente seca y permeable. Esto facilita la penetración de múltiples alérgenos del medio ambiente. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la piel dañada por el eczema tiene un 30% menos de ceramidas, lo que influye a su vez en la sequedad y en la alteración de la función barrera. La disfunción de la barrera cutánea es uno de los factores más predisponentes para el desarrollo de enfermedades alérgicas de la piel como la dermatitis atópica. Si cuidas la piel del recién nacido desde el primer día, la mantienes limpia e hidratada, y segues hábitos que impidan su sequedad, conseguirás frenar el avance de la patología en bebés con riesgo de atopía. Así, una investigación publicada este mes en Advances in Therapy concluye que el uso de una crema hidratante que contiene ceramida, junto con el lavado corporal en niños, retrasa las exacerbaciones de dermatitis atópica en dos meses y produce una alta satisfacción en el paciente.
Otro trabajo publicado en Current Pediatric Reviews concluye como el uso de un emoliente en menores con esta enfermedad mejora de manera significativa el área afectada, la intensidad y la severidad de la misma. Otros cuidados van encaminados al uso de ropa de algodón o lino y jabones no detergentes para su lavado, al empleo de jabones suaves o neutros para el baño.