Per misos
Límites en casa
La permisividad es humillante para los padres. Con esta frase tan clara, el psicopedagogo Robert J. Mackenzie da su opinión sobre la forma que tienen muchos padres hoy en día de educar a sus hijos. ¿Acaso saben poner límites? Parece que no faltan hoy en día noticias que dejan claro un nuevo panorama en la educación de los hijos: niños que maltratan a sus padres, que se enfrentan a los profesores y, en definitiva, que creen no tener ningún tipo de límites. Hay que destacar que estas conductas no se deben únicamente a la permisividad de los padres, ya que los expertos también apuntan a modelos desaconsejables que los niños siguen a través de la televisión y los videojuegos, o el ambiente familiar en el que han crecido, entre otras circunstancias. Pero aún así, no podemos negar que los niños necesitan unas normas claras y unos límites firmes desde que son muy pequeños. ¿Por qué hay que poner límites?
Puede que a muchos padres el hecho de poner límites a los hijos les suene a algo autoritario o severo, pero nada más lejos de la realidad. Los niños necesitan límites para poder convivir socialmente y tener relaciones adecuadas con sus semejantes.
La sociedad está llena de reglas y normas, por lo que deben saber vivir con ellas. Es necesario que sepan lo que pueden y no pueden hacer, y por qué. Pero no pueden dejar que sea la sociedad quien se lo enseñe, sino que es conveniente que esos límites se marquen, con cariño y paciencia, desde la familia que será, a su vez, un buen modelo a seguir.