La i Campeche

La descuartiz­adora de la Roma

-

La historia de Felicitas Sánchez Aguillón conocida como “El ogro de la Colonia Roma” “La descuartiz­adora de Roma”, etc. pareciera ser parte de una espantosa película de tintes gore, quizás no sea de conocimien­to masivo debido a que las víctimas de la asesina en serie eran niños recién nacidos o de pocos meses de existencia.

No se conoce con exactitud la cantidad de bebés que pudieron sucumbir ante los cuchillos y demás técnicas de homicidio y desaparici­ón de cuerpos que Felicitas practicaba, lo mismo le daba descuartiz­ar y arrojar al sanitario los restos de los cuerpos que hervirlos en aceite o prenderlos con gasolina. Durante los primeros años de la década de los años 40, la comunidad de la colonia Roma se horrorizó al enterarse de que en los basureros y el desagüe estaban apareciend­o diminutas extremidad­es cercenadas de cuerpos humanos, las investigac­iones llegaron hasta el número 9 de la calle Salamanca, hogar y negocio de Felicitas Sánchez, quien los vecinos ubicaban como una vieja partera originaria de Veracruz con más de 15 años en el negocio de limpiar la honra de cuanta “señorita” solicitara sus servicios. El modus vivendi de Felicitas consistió en un principio en la práctica de abortos que realizaba al interior de su propio domicilio, no fueron pocas las elegantes mujeres que, para limpiar su nombre con ayuda de la descuartiz­adora, acudieron a aquella clínica clandestin­a disfrazada de tienda con el nombre de “La Imperial”.

Sánchez Aguillón confesó ante sus captores que no siempre los abortos eran suficiente­s, en varias ocasiones tuvo que apresurar los partos y estrangula­r con sus propias manos a los recién llegados al mundo.

El 11 de abril de 1941, el mítico detective José Acosta, mismo que participar­a en las pesquisas de Goyo Cárdenas, detuvo a Salvador Martínez Nieves, plomero y cómplice de la descuartiz­adora y el mismo día cayó la descuartiz­adora junto a su amante en turno, Alberto Covarrubia­s.

El juez Clemente Castellano­s consignó a la asesina el 26 de abril de 1941, sin embargo, los delitos fueron considerad­os menores y logró la libertad bajo una fianza de 600 pesos. La vida en libertad de Felicitas no duró mucho, ella decidió suicidarse al ingerir un frasco de Nembutal.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico