¡Aprovechando los días!
No puedo quejarme, gracias a Dios me ha ido bien. A la edad de 24 años entré a trabajar en Paludismo y aguanté casi los 35 años, Dios me bendijo por ese lado y ahora estoy pensionado, estoy disfrutando la bendición que él me da”, declaró el ciudadano Vidal Reynaldo Cach Puga, quien es originario de la localidad de Dzibalchén, perteneciente al municipio de Hopelchén de Campeche. Aunque Cach Puga manifestó estar disfrutando del fruto de su trabajo, él y su esposa invierten parte del tiempo libre en la elaboración de hamacas artesanales, con el único propósito de mantener sus mentes ocupadas. “Mi papá desde muy joven hacía hamacas. Trabajábamos en la milpa, siempre lo estuve viendo haciéndolas y nunca me invitó a hacer una. Un día de tantos me propuse hacer una hamaca, le dije y me lo enseñó y toda la cosa, y ahí quedó, uno es joven; lo dejé por mal negocio. Fue que me pensioné y me acordé que sabía hacer hamacas, me propuse hacerlas, aunque se me había olvidado. Le hablé a mi tío, me recordó como era y le volví a agarrar el hilo”, aseveró. El septuagenario abundó que gracias a su ocupación nadie de su familia compra hamacas, propiciando un ahorro considerable para su entorno familiar.
“Hago la mía, la de mi esposa, la de mis nietos; mi esposa me ayuda. Desde que empezamos a hacerlas ya no compramos hamacas”, reveló. Vidal refirió que generalmente tarda un mes en terminar una hamaca, aunque aclaró que a veces se acorta el tiempo dependiendo del esfuerzo que se le invierta al tejido. Finalmente, Vidal Cach aprovechó el espacio para extender un consejo a la juventud. “A la juventud siempre los invito a que hagan una buena labor porque son ellos los que no siguen y detrás de ellos, vienen los más chiquitos. Tenemos que aprender para que podamos enseñar bien. Si nosotros no hacemos algo, siempre vamos a estar en la pobreza, debemos sacar algo de lo que nos enseñan para poder defendernos por nosotros mismos”, terminó.
Vidal Reynaldo Cach Puga: “Hacemos hamacas para distraernos”