Ciuda tu piel durante el embarazo
La piel durante el embarazo es una de las partes que se ve más afectada pudiendo llegar a distenderse hasta diez veces más de su estado normal.
Estrías:
Es este sentido, como consecuencia directa del estiramiento excesivo de la piel y su consiguiente rotura de las fibras, se pueden producir las estrías. Aunque su aparición también dependerá del tipo de piel, de la elasticidad de ésta y de los factores genéticos, las zonas con más riesgo de presentar estrías son el abdomen, las mamas, glúteos y muslos. Para prevenirlas, es beneficioso usar cremas específicas a partir del segundo o tercer mes de embarazo que contengan componentes como aceites vegetales, colágeno y elastina, para aumentar la elasticidad de la piel y reestructurar la película hidrolipídica.
Resequedad:
Además de las estrías, este estiramiento provoca resequedad y el picor, especialmente en el abdomen y los pechos a medida que crecen. Para aliviarlos, es recomendable evitar las duchas con agua demasiado caliente, utilizar jabones con ph neutro e, igualmente, insistir en una hidratación profunda para conseguir una buena elasticidad con cremas corporales que contengan principios activos calmantes como puede ser la calamina, la camomila, la caléndula o la avena.
Manchas, acné y rosácea:
Por otra parte, los cambios hormonales que se producen son la causa principal de las manchas, el acné y la rosácea. En este sentido, durante esta etapa es frecuente la hiperproducción de la melanina de la piel que puede provocar la aparición de manchas en el rostro, también conocidas como melasma o cloasma. Aunque las zonas más frecuentes son las mejillas, el dorso de la nariz, la frente y el labio superior también puede aparecer en otras partes expuestas al sol, como los antebrazos. Para proteger la piel de estas antiestéticas manchas, el uso del protector solar será especialmente útil y además ayudará a prevenir la aparición de arrugas. También las hormonas van a aumentar la concentración de andrógenos que estimularán las glándulas sebáceas de la piel pudiendo provocar acné que, además puede continuar durante la lactancia ya que la prolactina, también estimula los andrógenos de forma directa. Para controlar estos brotes, la limpieza mediante productos antibacterianos y antiacnéicos que eliminen el exceso de grasa será esencial.
Piernas cansadas y varices:
Con respecto a la sensación de piernas cansadas, se debe mayormente a que el retorno venoso y linfático, es menos eficaz. Para aliviar y calmar dicha sensación, es beneficioso aplicar productos con fórmulas descongestionantes, como un gel río mediante un masaje ascendente que además mejorará la retención de líquidos y ayudará también a prevenir varices.
En definitiva, aunque el organismo femenino está genéticamente preparado para soportar los cambios que se van a producir, un estilo de vida saludable junto con unos cuidados específicos que garanticen la elasticidad e hidratación de la piel, serán los mejores aliados de la mujer para prevenir y minimizar los efectos secundarios en la piel propios de la maternidad.