¡Amor que da vida!

Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre. Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti... revelan las Sagradas Escrituras en el libro de Isaías, donde se compara el amor de Dios con el de una madre. En relación con este pasaje bíblico, hoy traemos la historia de Marlene Pacheco, una de tantas madres con hijos con capacidades diferentes, a quien el amor por él le cambió la vida.

¿Cuántos hijos tienes?

“Tengo 40 años de edad, tengo dos hijos. Ahorita estoy acompañando a mi hijo Ángel, quien tiene 16 años y asiste al 1ero de secundaria de educación especial”.

¿Cuál es la condición física de Ángel?

“Lo que pasa es que él nació a los siete meses y no tenía maduros los pulmones; tuvo asfixia y se le murió una parte del cerebro, ocasionándole estrabismo. Todo esto le sucedió recién nacido, lo que le impide caminar”.

¿Qué sentimientos invadieron tu vida al saber su situación?

“Nos sentimos mal porque es lo que menos espera uno. Como todo padre esperas a tu hijo, pero no sabes como va a nacer. Fue un golpe muy duro, pero con el paso del tiempo uno lo va superando. Es una bendición de Dios, porque creo que si mi hijo no tuviera esta discapacidad yo sería una persona ignorante en este caso, porque con él he aprendido a ser mamá, papá, enfermera, de

todo”. ¿Cómo es la vida a diario?

“Siento que mi hijo es un niño feliz en lo que cabe, a pesar de sus limitaciones. También nosotros luchamos día a día con él para darle una mejor calidad de vida, aunque sabemos que la situación es difícil, pero hay que salir adelante”. ¿Qué le dirías a los paterfamilias con niños con capacidades diferentes y a la sociedad? “A los papás les aconsejo que no desprecien a unos niños así porque sólo Dios sabe porqué nos los manda. Porque muchos dicen: ¿por qué a mi? En mi caso, si no le hubiera pasado eso a Ángel, hoy yo fuera otra persona; el hecho de tener un hijo con discapacidad te hace ser una persona más sensible. Me siento feliz con mi hijo, tengo 16 años con él a diferencia de las 72 horas que me dijeron que viviría. Hay que ceder el lugar a personas con discapacidad porque hoy estamos bien, mañana quien sabe”.

Marlene Pacheco: “Mi hijo Ángel cambió mi vida para bien”