Eng añados
La Buenavista en las mismas
El presidente de Champotón nos prometió rasparnos la calle, ponernos el agua, pero no cumplió nada de lo que dijo. Ya estamos cansados de esto”, manifestó la ciudadana Rosalba Pérez, quien como muchos otros vecinos de la colonia Buenavista en la ciudad de Champotón, revelaron el nivel de hartazgo que les ha generado el incumplimiento de las autoridades.
Y es que desde hace más de 20 años los champotoneros manifiestan ser visitados por los presidentes municipales que han ganado las contiendas electorales, pero los problemas continúan sin solución. En torno a las necesidades del sector, los afectados declararon que el suministro de agua potable está restringido para quienes siguen esperando las promesas, sin embargo; los achichincles del Ayuntamiento “hicieron su agosto” instalando clandestinamente tuberías de agua para proveer del vital líquido a la Buenavista, aprovechándose de la necesidad de la gente. “El agua se está contrabandeando entre los mismos del Ayuntamiento. Vienen a poner el agua por 800 o 1000 pesos, rompen la calle y te ponen la tubería hasta tu casa, pero es ilegal”, afirmaron. Tras un recorrido los vecinos se percatan de que la mayoría de las calles carecen de asfalto, por lo que las piedras y el polvo dificultan el caminar de la ciudadanía. A consecuencia de lo anterior, no existe servicio de transporte público, mientras que los taxis que son los únicos que facilitan la comunicación con la ciudad sólo llegan hasta ciertas partes, complicando aún más el traslado para adultos mayores o personas enfermas. “A deshoras de la noche hay enfermos y no los quieren subir los taxis por como están las calles”, expresó Carmela Baal. Del alumbrado casi nada refirieron los afectados, ya que los focos que iluminan las improvisadas calles son de algunos predios. Si bien las lámparas son contadas, los vecinos precisaron que el mantenimiento a las luminarias y la reposición de las mismas, casi nunca se realiza. Por último, recalcaron que así como la colonia carece de atención por parte de las autoridades municipales, también la vigilancia brilla por su ausencia, dejándolos en manos de los maleantes.