Jalando con aptitud

Para María Guadalupe Cabriales Gallardo, no hay mejor ejercicio que chambear, pues su dinamismo, aptitud, constancia y el favor de Dios le han permitido alcanzar metas que muy pocas personas alcanzan. A sus 46 años de edad, “Lupita la vende aguas”, como también la conocen en el gremio; desarrolla su actividad con entrega y pasión todos los días de la semana en el mercado principal Pedro Sáinz de Baranda, en la ciudad de Campeche.

¿Tienes hijos?

“Tengo dos hijos, el más chico tiene 17 años”.

¿Desde cuándo desempeñas el comercio de aguas naturales?

“Ya tiene tiempo, como unos quince años. Yo mismo las preparo. Si me meto a trabajar no me da, con lo que pagan no da, a penas vendiendo aguas es que te sale un poquito más”.

¿Cómo es el día a día de Lupita?

“A veces hay ventas, a veces no; pero se da una con otra porque así como estamos ahorita están bajas la ventas, a pesar que hay sol. Todo depende de que la gente tenga dinero para comprar porque a veces hay el montón de gente, pero no hay nada”.

¿Cuál es tu estrategia de ventas?

“Movimiento y más movimiento, cuando hay venta hay que andar de un lado a otro, pregonando aquí y allá. ¡Hay jamaica, horchata, té, tamarindo, agua! Ando gritando”.

¿Cómo te sientes a tus 46 años?

“Pues hay que aguantar vara como quien dice porque ni modos, hay que andar caminando. Aburre y sí cansa porque también tienes que preparar tu producto”.

¿Alcanzaste todas tus metas?

“No, deja que consiga un lugar donde vender de manera estable; esa es mi meta, porque así imagínate que esté viejita y ande con mis agüitas pregonando, como que no”, resumió.