Castigos
Aplícalos con responsabilidad
Una de las estrategias dentro del ámbito de la disciplina es la aplicación de los castigos. Sin embargo, el tema de la aplicación de castigos suele crear preocupación entre los padres puesto que no existen estándares sobre cómo administrarlos. Por esa razón, en este artículo te compartimos cinco errores a la hora de castigar a los niños.
La disciplina siempre es necesaria:
Tanto los niños como jóvenes necesitan de la disciplina para desarrollar sus talentos y aprender capacidades productivas. Justamente es la familia quien le enseña a los niños a socializar.
De hecho, los padres son ese punto de unión entre sujeto y sociedad. Este entorno le permite sentar las bases de su personalidad y absorber los elementos de la cultura. No obstante, su desarrollo social va de la mano con la formación de la conducta. Esto implica que, en algunas ocasiones, los niños tengan que ajustarse a las normas y valores morales necesarios para vivir dentro de la familia y comunidad de manera armoniosa. En este punto es en el que algunos padres hacen uso de medidas disciplinarias como los castigos.
Antes de señalar algunos errores a la hora de castigar a los niños, es necesario subrayar que los castigos deben tomarse como medios educativos.
En otras palabras, las medidas disciplinarias tienen que promover el desarrollo personal. Esto se puede lograr a través del aprendizaje de conductas negativas para evitarlas. Lo anterior no quiere decir que la meta de los padres sea imponer en sus hijos el sentido de la obediencia a través de recompensas o castigos; o sea, de manera pragmática. Más bien, el objetivo de la disciplina es que los hijos puedan interiorizar los valores morales y sociales; preferentemente sin la necesidad de la presión que supone merecer un castigo.
Ahora bien, ¿cuáles son algunos errores a la hora de castigar a los niños?