Agradecimiento hacia Dios

Arsenio “El Campeón” Góngora: “Estoy en las manos de Dios”

Próximamente, el ciudadano Arsenio Góngora Jiménez, mejor conocido como “El Campeón”; cumplirá con el favor de Dios 84 años de edad, dato que reveló mientras agradecía las bondades del Creador hacia su vida. Originario de Maní, Yucatán; el octogenario con domicilio en la localidad de Villa Madero, Champotón; nos compartió parte de su historia la cual sería insustancial sin el favor de Dios, aseguró.

¿Cuántos hijos tiene?

“Eran 14, pero tengo 13 hijos. Desde siempre he sido un hombre de campo y tener 14 hijos fue difícil, me desesperaba, pero le pedí al Señor cuando tenía como cuatro niños que me ayudara. Mi esposa tampoco quiso que la ligaran y fue de Dios, así conocí a Dios y desde entonces no me desespero y aún no lo hago. Muchas personas me decían que cómo le hacía porque ellos teniendo un buen trabajo sólo tenían dos hijos y yo tenía bastantes, pues; es que estoy en las manos de Dios porque ganaba $80 a la semana, entonces ¿cómo le hacía? Es lo que Dios hace en la vida del hombre”.

¿Por qué le dicen El Campeón?

“Por la forma de trabajar. En el trabajo he ganado como 4 o 5 premios por el corte de caña, todo el tiempo he cortado bajita la caña. Cuando todos se iban yo seguía trabajando como se debe hacer. Donde vaya la gente me aprecia”.

¿Qué anécdotas ha vivido en su caminar con Dios?

“Él ha sido bueno conmigo. Una vez le dije: Padre, perdóname, ayúdame, ten piedad de mí; tú conoces todo de mí, concédeme aunque sea un diente. Él no me dio uno, me dio tres dientes nuevos. He visto tigres cerquita de mí en las montañas de Chetumal. Una vez estaba cazando unos puercos y cuando me di cuenta vino un tigre hacia mí y quedó como a 60 centímetros de donde estaba. Se quedó viéndome y no me hizo nada porque Dios tapó su boca porque antes habían muchos tigres en esa zona que sacaban a la gente de donde dormían y se los comían. Dios ha hecho muchas cosas conmigo”.

¿Qué consejo le daría a los campechanos?

“A cualquiera le hablo la Palabra de Dios. Algunos me tratan mal o ignoran, pero lo sigo haciendo porque cuando predico otros lloran y reconocen que Dios puede cambiar sus vidas, porque eso hizo él conmigo”, finalizó.