Amal Cuenta su historia como refugiada
Amal Clooney viajó por primera vez a la ciudad canadiense de Toronto y se metió a todo el mundo en el bolsillo. Está acostumbrada a ello y no precisamente por ser elegante o por ser la mujer de George Clooney, sino porque es una prestigiosa abogada, activista en la defensa de los Derechos Humanos y también una magnífica oradora.
La abogada acudió a un acto que se celebró en el marco de Luminato, el Festival Internacional de las Artes de la ciudad canadiense, y tuvo como 'telonera' a Sophie Gregoire Trudeau, mujer del presidente de Canadá, Justin Trudeau.
Amal tenía bajo la manga un muy contundente mensaje que quería transmitir y qué mejor que hacerlo con un ejemplo personal: "Soy una refugiada. Si el Gobierno del Reino Unido no me hubiera tendido una mano cuando mi familia estaba escapando de la guerra en Líbano no podría haber crecido en un ambiente seguro, tener la educación que tengo o hacer nada de lo que he podido desarrollar".
Como era de esperar, según cuenta The Star, el público estalló en aplausos, a lo que ella dijo: "Estoy muy agradecida de haber tenido la posibilidad de entrar en un país que mostró compasión hacia mí. Ojalá que esto estuviera pasando en más lugares del mundo".
Tras el episodio de los niños que han sido separados de sus padres por la administración Trump, era de esperar que Amal Clooney se pronunciase sobre este asunto: "Es una vergüenza. No solo es ilegal, también inmoral". El discurso de Amal hizo llorar a su esposo el actor George Clooney en los Premios AFI.