Otra leyenda urbana de Campeche
Leyenda del “callejón del diablo”
Alguna vez se ha preguntado por qué casi todos los barrios tradicionales de Campeche tienen estrechas callejuelas? A raíz de tal cuestionamiento, encontramos un leyenda urbana que encierra una fantasiosa historia que únicamente conocen los pocos longevos de la urbe capitalina.
Ya casi en el olvido está ésta leyenda que surge de una callejuela que empezaba en San Martín y desembocaba en La Zanja. El angosto acceso consistía en un pasadizo sombrío bordeado de árboles donde vivía un hombre con malformaciones congénitas, el cual prefirió el anonimato, antes que reinsertarse en el Campeche colonial.
Lo poco que logramos averiguar de este hombre es que a causa de su condición física la gente le tenía miedo, factor que aprovechó para asustar a todos los que se atrevían a cruzar dicho callejón, haciéndose pasar por el diablo al hacer fuegos en derredor. La gente de aquel entonces, al ser muy creyente empezaron a poner monedas de oro y joyas para evitar que el “maligno” deambule por la ciudad. No fue hasta que dos pescadores lo descubrieron una noche sustrayendo de tales ofrendas. Los valientes lo siguieron hasta su escondite y quemándoles las manos con carbones encendidos le exigieron no volver a asustar nadie más. Si bien se desconoce el paradero de tal sujeto, lo único que se sabe de él es que después de tal enfrentamiento el hombre se enfermó y para mitigar sus culpas tuvo que donar una buena cantidad de las joyas a los pobres de aquella época.
Los pocos datos obtenidos no dieron certeza de que pudiera existir tal leyenda, la recomendación es evitar deambular de noche por cualquiera de estas calles.