El nino fantasma del cementerio
Es un mito que deambula por las calles y callejones más oscuros de la ciudad de Guanajuato. La historia tiene sede en unos de los panteones más emblemáticos y conocidos, en donde se dice, sepultaron a un niño, el cual murió en un trágico accidente de carretera y cuya alma todavía no descansa, ya que muchos testigos aseguran que han visto al fantasma del pequeño saliendo de su tumba para recorrer los alrededores del cementerio y pasada la media noche, el fantasma desaparece entre las lápidas.
Un día como cualquier otro, una familia salió en su automóvil para dirigirse a otra ciudad, ya que un familiar no se encontraba bien de salud. En el coche iban los papás y su hijo.
Todo se desenvolvía sin percances; una mañana soleada con gratos paisajes y densos bosques que se veían con toda plenitud a la orilla de la carretera. En una gran curva, el coche derrapó en el asfalto y sin tener la posibilidad de maniobrar, se estrelló contra una señal de tránsito y después contra un enorme roble, el cual provocó que se partiera a la mitad quedando sin vida los cuerpos de los 3 acompañantes.
Este trágico suceso tuvo un desenlace fatal, pues al final sepultaron a la familia, padres e hijo, en diferentes cementerios, ya que no había espacio suficiente ni terrenos libres para más personas. En uno de los lugares enterraron a los papás y lastimosamente en otro, al pequeño.
Sin embargo, poco tiempo después, el velador del cementerio presenció, en donde yacía el cuerpo del niño, un momento paranormal, pues de su tumba salió el fantasma de ese ser y comenzó a recorrer los alrededores de las tumbas.
Después de eso, no se supo más del velador; al parecer el niño se lo llevó consigo a su tumba. Algunas personas que viven alrededor del panteón afirman que el fantasma del niño sale en la noche a buscar a sus papás para reunirse con ellos y descansar en paz, pero lamentablemente no los encuentra y pasada la media noche desaparece.