Derechos de minorías religiosas
Cada religión es una minoría religiosa en algún lugar. La libertad de religión o creencia implica dar la debida consideración y respeto a las personas que pertenecen a las minorías religiosas. Estas personas tienen derecho a disfrutar de su propia cultura, a profesar y practicar su propia religión, y a usar su propio lenguaje, en privado y en público, libremente y sin ninguna interferencia o cualquier forma de discriminación. En países protegen la existencia y la identidad religiosa de las minorías en sus territorios y fomentan las condiciones para la promoción de esa identidad.
Derechos de las minorías religiosas
Toda religión, más allá de su función espiritual, supone una instancia de cohesión y pertinencia social que determina espacios de poder. En este plano, se observa como ciertos credos se instalan como oficiales mientras que otros pertenecen a la esfera de la mirada contestataria, revolucionaria, herética o reformista. La tolerancia religiosa, la libertad de cultos, esencia irreemplazable de las modernas sociedades democráticas, ha sido una conquista de la humanidad. Sin embargo, la historia da cuenta de numerosas persecuciones a creyentes de tradiciones diferentes y dentro de los contextos más diversos.
Se hace imprescindible que ministros, sacerdotes, pastores, evangelistas, maestros de la palabra, apóstoles, clérigos, imanes, rabinos y cualquier persona que profese una religión conozcan las normas jurídicas, leyes y resoluciones que regulan la actividad religiosa y defiendan a sus creyentes de alguna persecución.