Otras consecuencias
—Aumentan tus niveles de glucosa:
Los nutrientes que se obtienen de los alimentos del desayuno son determinantes en el control de los niveles de glucosa. Así pues, cuando no se consumen a tiempo, o se sustituyen por alternativas poco saludables, la concentración de insulina disminuye y el cuerpo acumula más azúcar.
—Sientes más hambre:
Aunque todo parece que estás “ahorrando calorías” al no consumirlo, luego conlleva a caer en excesos tras provocar un deseo de comer.
—Sufres alteraciones emocionales:
La falta de nutrientes que se produce por pasar por alto el desayuno puede incidir en los descontroles emocionales. Dado que los alimentos de buena calidad contienen sustancias que intervienen en el bienestar, un desayuno pobre es detonante de estrés.
—Tu sistema inmunitario se debilita:
El aporte nutricional que se obtiene del desayuno interfiere en el fortalecimiento del sistema inmunitario. Dejar esta comida puede causar un debilitamiento de sus funciones, lo que hace al organismo susceptible a las infecciones.
—Desarrollas problemas digestivos:
Las digestiones lentas y el estreñimiento son consecuencias de no desayunar. Aunque hay muchos factores que pueden influir en su desarrollo, la falta de nutrientes que se da por no comer este plato principal puede ser su detonante.