La pereza, tu peor enemigo
Muchas veces la pereza te roba la vida. Siempre hay una excusa para no moverte, para seguir tumbados en el sofá, esperando a que todo se resuelva por sí mismo. Pues no. Haz una autocrítica y toma conciencia del tiempo de inactividad que consumes. Para salir de la rutina hay que afrontarla y ser honestos contigo mismo. Debes dejar de poner peros a todo.
Televisión y sofá en dosis moderadas puede ser reparador e, incluso, constructivo. No obstante, el mal hábito de la inactividad, la pereza y la desidia atraen estados psicológicos depresivos. La rutina convierte tu vida en un riel de tren, en el cual todo es mecánico e idéntico día tras día. Deja de lamentarte por todo. Es más útil encender una vela que maldecir la oscuridad. Cada uno tiene unas circunstancias diferentes y se trata de aprovechar al máximo lo que tienes.
Sin dinero también se pueden hacer muchas cosas. Poner excusas o echarle la culpa al mundo de tu aburrida rutina no te aporta nada positivo. Una actitud inconformista, desafiante, enérgica y positiva te llevará a donde seas capaz de imaginar.
Es muy común escuchar a personas en una actitud de queja constante. Como si el mundo les debiera parte de la felicidad que no encuentran. Y, sin duda, eso es un error.