Leyendas urbanas de Campeche
La leyenda urbana del monje Sebastián
¿ Se ha preguntado por qué existen casas o edificios antiguos que emiten sonidos de voces al mejor estilo hollywoodezco? Pues, precisamente de eso tratará la leyenda urbana de Campeche que narraremos a continuación, la cual “cobra vida” en uno de los edificios más importantes de la capital y donde peculiarmente se ha suscitado más de un incidente siniestro que ha arrebatado la vida a más de uno.
Es la historia de un monje llamado Sebastián, el cual vivía dentro del convento anexo al Colegio de San José. Edificio que hoy ocupa el Instituto Campechano.
Este monje era una persona que se dedicaba a leer manuscritos redactados en lenguas extrañas y realizaba sus indagaciones hasta el resplandor del siguiente día.
Una noche, después que su superior lo visitara debido al descontento de los otros monjes a causa de la infaltable envidia, se escucharon gritos despavoridos en su humilde habitación. Al encuentro salieron los demás monjes para ver lo que sucedía, pero al verlo creyeron que estaba loco por la forma en la que se comportaba; por ello lo ataron a su cama para controlarlo de algún modo. No fue sino hasta el día siguiente cuando lo fueron a ver para conocer su estado de salud; pero lo encontraron muerto, lleno de arañazos, con los ojos desorbitados y la ropa rota encima.
Los rumores corrieron por los pasillos del lugar. Fueron los frailes quienes lo enterraron en una cripta apartada y nunca divulgaron el extraño evento.
Pasado el tiempo cuando los franciscanos ocuparon el convento decían que escuchaban gritos y maldiciones horribles durante la noche. ¿Mito o realidad?