Ángel: “Me gustaría seguir trabajando y descansar”

Reflejo de la niñez en Campeche

Apesar de estar de vacaciones y de las variaciones climatológicas que experimenta la urbe campechana, hay niños que diariamente dejan el sueño y hacen a un lado los juguetes para ganarse la vida honradamente en las calles a través del comercio, como es el caso de Ángel. Como nuestro personaje de hoy, existen muchos más de distintas edades y estatus sociales y económicos, desde temprana edad aprenden oficios que además de mantenerlos ocupados, les enseña un oficio que desde la antigüedad se realiza y que forma una parte intrínseca en la cultura de los campechanos.

¿Tienes hermanos?

“Sí, tengo cuatro hermanos, cinco conmigo”.

¿A qué te dedicas?

“Soy estudiante y vendedor”.

¿Qué estudias?

“Primer año de secundaria, me va bien”.

¿Qué vendes?

“Soy kibero, vendo kibis”.

¿Quién los hace?

“Mi tía, yo sólo los vendo”. El joven comienza a vender al medio día y se quita a las 17:30 .

¿Por qué vendes?

“Porque tengo la necesidad de pagar cosas y comprar lo que yo quiera. Lo que salga de la venta me dan la mitad y ya estuvo; un sueldo pues. Lo mayor que he ganado son $250 y cuando me va un poco bien de $120 a $150”.

¿Qué días trabajas?

“Todos los días, ya que empiece la escuela sólo trabajo los fines de semana”.

Además de vender, ¿qué más te gusta hacer?

“Jugar, platicar.”

¿Te gusta algún deporte?

“Sí, el fútbol, me gusta el América”.

¿Qué te gustaría ser cuando crezcas?

“Aún no lo tengo pensado porque son varias cosas que hay para estudiar, quién sabe qué tanto haya”.

¿Cuál sería tu petición para este año nuevo?

“Nada, así no más, que haya trabajado y el dinero para cuando se necesite o algo, pero igual me gustaría descansar”.

¿Qué le recomendarías a los niños de Campeche?

“Que no se queden de flojos y que se pongan a trabajar”, terminó el pequeño Ángel.