Huelga flaca
Sindicato se apodera del ayuntamiento
No hay plazo que no se cumpla. Con escasa participación de trabajadores sindicalizados en los bajos del ayuntamiento capitalino, ayer por la mañana estalló la huelga de “Corazón valiente”, tal y como advirtió, Manuel Bonilla Carrillo. Desde muy temprana hora, banderas roji-negras, se dejaron ver a las afueras de las 14 direcciones pertenecientes a la comuna campechana, alumbrado público, bacheo, drenajes y rastro, ahí todo trascendió de manera pacífica.
Sin embargo, los conflictos se dieron en las inmediaciones de la dirección de mercados, TUM y obras viales, dónde al parecer no hubo convocatoria y fueron los mismos trabajadores sindicalizados quienes se negaron al cierre de estas áreas. Ya eran más de las 8:40 horas cuando en el “Pedro Sainz de Baranda” los pocos agremiados de acuerdo con la huelga, decidieron no bloquear el paso e instalaron la bandera a un costado de le entrada; mientras que en el TUM, las únicas dos personas de acuerdo con la huelga pasaron sobre la decisión de la mayoría y clausuraron la entrada, queriendo dejar fuera al personal de la agrupación Ángeles Verdes, dependencia federal que nada tiene que ver con el ayuntamiento y que no querían dejar pasar a sus oficinas al interior del TUM. Trascendían las horas y los ánimos se encendían y con ello, los arrepentimientos llegaron y fue al filo del medio día cuando delegados de aguas residuales, desarrollo social, dirección de planeación y deportes comenzaron a exhibir su rechazo a la huelga de su propio líder sindical, Manuel Bonilla. Felipe Vásquez, Óscar Gil y Fidencio Ramírez Santos, delegados de las mencionadas áreas demostraron estar en contra del movimiento a través de mensajes vías redes sociales, además de pese al bloqueo de la minoría laboraron de manera normal.
Más tarde denunciaron acoso y presiones por Manuel Bonilla Carrillo, quién según les advirtió que serían expulsados del sindicato.
Los estragos fueron el enojo de los ciudadanos, quienes se lamentaron de la repercusiones de la huelga, tal es el caso de quienes acudían al palacio a pagar impuestos o a desarrollo urbano, campechanos que sin deberlas ni temerlas recibieron el “portazo” de los enardecidos sindicalizados de huelga.
Muchas banderas fueron inclusive quitadas por la molestia de a quienes se les prohibía la entrada. El plan de los protestantes es que con el paso de las horas pudieran concentrase en los bajos del palacio municipal, en una sola sede para no estar esparcidos y se note la fuerza del movimiento, pues contaran con 72 horas de plazo para que los inspectores de la junta local determinen la presencia de las dos terceras partes del sindicato, de los 1,100 agremiados para que se declare el movimiento legal.