Principales características
Lo habitual es que la enfermedad comience en las puntas de los dedos de las manos. Rara vez aparece primero en los pies. Lo primero que se observa son unas pequeñas pústulas, que se unen y forman lagos de pus. Dicho pus no contiene bacterias, por eso se dice que es estéril.
Cuando las pústulas se rompen dejan la piel enrojecida y brillante. En la zona nacen nuevas pústulas. Cuando se forman debajo del lecho ungueal, es habitual que dé lugar a la pérdida de la placa o a onicodistrofia, una alteración significativa de la superficie de la uña. Las lesiones varían de acuerdo a la etapa de la enfermedad. En los episodios agudos, las pústulas tienen el comportamiento descrito, con tendencia a extenderse hacia las zonas próximas. En la etapa crónica es posible que se presente una destrucción total de la matriz de la uña, que conduce a la pérdida de la misma, o anoniquia. Asimismo, la piel se atrofia severamente. Se produce una inflamación de las falanges u osteitis y luego esto deriva en osteólisis, o destrucción del tejido óseo. Muchas veces esto termina comprometiendo las articulaciones. La enfermedad puede extenderse hasta cubrir el dorso del antebrazo o el pie.
La ciencia desconoce las razones por las cuales se produce el síndrome de Hallopeau. Sin embargo, en la actualidad hay cierto consenso en torno a que esta enfermedad es una forma clínica localizada de psoriasis pustulosa.