Conoce un poco de su historia
Isaac Newton (1643 – 1727) demostró con sus estudios que la luz blanca podía descomponerse en diferentes colores. Cada uno de estos correspondía a una determinada longitud de onda que era interpretada por nuestro cerebro y sentidos. Él sabía que algo similar ocurría en el sonido, donde cada tono dependía de la longitud de onda. Quizá influenciado por ello creó un tipo de teclado musical que proyectaba colores diferentes sobre una pantalla en función de las notas que se fueran pulsando. Es posible que Newton estuviera dando uno de los primeros pasos para encontrar la relación entre sonido y color, y para definir la sinestesia.
En 1812, el doctor G.T.L. Sachs fue el primero en exponer las características de la sinestesia. Tanto él como su hermana eran albinos y manifestaban claros síntomas de sinestesia. Gracias a sus estudios sobre esta materia, descubrió que era mucho más frecuente entre las personas que sufren autismo. Del mismo modo, también que algunos tipos de epilepsia pueden provocar percepciones similares a dolencia.
A lo largo del siglo XX, surgieron diversas teorías que trataban de explicar el origen de la sinestesia.
Así, mientras que para unos podía tratarse de un salto atrás evolutivo que suponía volver a un estado cerebral primitivo donde los sentidos no se habían separado. Para otros la sinestesia solo suponía evocar recuerdos o asociaciones que se habían producido en la infancia. Incluso una tercera hipótesis planteaba que la sinestesia podía ser el resultado de una imprecisión en el lenguaje, lo cual llevaba a los individuos a emplear metáforas para poder expresar parte de sus sensaciones.