Martin Nuñez Hernández: “Hago artesanías”
Opor tunidades de la vida
La vida de Martin Nuñez Hernández dio un vuelco radical después de haber tomado una decisión equivocada, sin embargo; como él mismo aseguró tal situación se convirtió de un mal a un bien inesperadamente.
A sus 50 años de edad, entrevistamos a este campechano residente del poblado de San Francisco Kobén, a quien la falta de economía posiblemente limitó su producción artesanal, mas no su imaginación para trabajar la madera; sin duda: un ejemplo de que se puede volver a empezar y ser una persona de bien.
¿Cuántos hijos tiene?
“Tengo cuatro hijos, vivo con mi familia”.
¿A qué se dedica?
“Soy agricultor, trabajo en el campo y también criamos gallinas y pavos para sostenernos. Hago artesanías, me gusta. Hago barcos, camaroneros, veleros, galeones, hamacas, mesas, cuadros con nombres, empalillados”.
¿A raíz de qué se interesó por las artesanías?
“La verdad, cometí un error y me internaron en el Cereso por lo que cometí. Me perdonaron lo que me pusieron y pasé 15 años. Gracias a Dios aquí estoy vivito, platicando. Me interesé en aprender porque tenía la idea de que si algún día salía podía autoemplearme y no depender de un patrón”.
¿Qué tal fue su experiencia tras las rejas?
“Un poco bien, no hablo mal o en contra de la ley porque me ayudaron. Es más ahí me dieron mi carta de recomendación. Allá adentro fui traductor de lenguajes. Serví a la autoridad como intérprete por los indígenas que caían presos porque sé hablar maya, tsotsil, tzeltal y chol. Adentro terminé mi secundaria. Para mí no fue tan mal porque me hice de un terreno de 20 metros por 20 metros sembrando hortalizas, ya que aunque no recibía visita, tenía la manera para sobrevivir”.
¿Qué lo detiene a desempeñarse como artesano?
“Lo que necesito meramente es una ayuda porque me gustaría contar con mis propias herramientas y así dedicarme de lleno a las artesanías que sé”, concluyó Martin Nuñez Hernández.