Polémica
En libertad el “taliban estadounidense”
Estados Unidos Washington D.C. 318,9 millones 9,371,174 km2.
Un hecho inadmisible, profundamente preocupante y errado”. Así se refirió el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, a la puesta en libertad de John Walker Lindh, conocido en los medios americanos como el “talibán estadounidense”. Lindh salió ayer jueves de una cárcel de Indiana (EE.UU.) después de cumplir 17 de los 20 años a los que fue condenado tras ser detenido en 2001 en Afganistán. Su puesta en libertad —tres años antes de tiempo— generó las críticas de quienes piensan que Lindh todavía tiene posiciones extremistas.
En una entrevista con el canal Fox News, Pompeo dijo que Lindh “todavía es una amenaza para Estados Unidos” y que aún está “comprometido con la misma yihad en la que se involucró”. Asimismo, el presidente Donald Trump, fue citado en unas declaraciones en las que supuestamente dijo que Lindh debería cumplir la sentencia completa. Por su parte, el abogado defensor Bill Cummings le dijo a la cadena CNN que Lindh se trasladará a Virginia y vivirá bajo la supervisión de su funcionario de la libertad condicional.
De estudiante a terrorista
John Walker Lindh fue capturado por tropas de EE.UU. junto a un grupo de combatientes talibanes y de al Qaeda durante la invasión estadounidense a Afganistán en los meses posteriores a los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington DC. Fue acusado de conspiración para matar a ciudadanos de EEUU. y de colaboración con la red de Osama Bin Laden. Tenía entonces 20 años y su historia conmocionó a Estados Unidos.
La gente se preguntaba qué pudo llevar a un chico “tranquilo y brillante” que vivía en uno de los condados más ricos de California a luchar contra sus compatriotas en un lejano país.
Sus padres dijeron entonces que alguien le lavó el cerebro y sus amigos contaron que no vieron señales de que se fuera a convertir en un combatiente extremista. En algún momento de la adolescencia, Lindh dejó de visitar páginas web sobre hip hop y empezó a explorar sitios de internet dedicados al islam.
Sus padres dijeron que su interés en el islam pudo ser causado por la autobiografía de Malcolm X, que leyó cuando tenía 16 años.
Ese mismo año, Lindh anunció que se quería convertir al islam y empezó a asistir a una mezquita.
Estudió el Corán, adoptó el nombre Sulayman y cambió su forma de vestir. En 1998, el joven le pidió dinero a sus papás para ir a Yemén, donde aprendería el árabe puro que se emplea para el Corán.
Después de un año en Yemen, regresó a California, pero sus amigos contaron que parecía inquieto e incómodo en EE.UU.
Volvió a Yemen en febrero de 2000, pocos días antes de cumplir 19 años. Fue la última vez que sus padres lo vieron, antes de su detención.
En 2002 se declaró culpable de ayudar a los talibanes y fue condenado a 20 años de prisión.
En ese entonces fue considerado un traidor a su patria.
Libertad con restricciones
Lindh, que ahora tiene 38 años, se encontrará con un mundo que ha cambiado dramáticamente desde su encarcelamiento, explicó la periodista de la BBC Tara McKelvey.
Tendrá que lidiar con la vida diaria y aprender a usar un teléfono móvil, por ejemplo.
No se le permitirá conectarse a internet a menos que tenga un permiso especial y no puede viajar libremente.
Y se enfrentará a una sociedad que ha hecho poco para prepararse para su llegada.