El tesoro de Atahualpa
La leyenda del tesoro de Atahualpa o la leyenda del Tesoro de la Llanganatis (Llanganates) es una de las historias ecuatorianas más recordadas.
Todo ocurre cuando en la conquista española logran capturar a Atahualpa (hijo de Huayna Cápac y el último dignatario inca).
En la búsqueda de recuperar la libertad ofreció por la libertad un cuarto lleno de oro y dos cuartos llenos de plata. Por lo cual los españoles aceptaron dicho acuerdo; los objetos y piedras preciosas empezaron a llegar a la localidad de Cajamarca donde se en encontraba Atahualpa capturado. Pero por la distancia se afectó el “acuerdo”, los españoles no esperaron y asesinaron al líder inca.
Al enterarse de la muerte de Atahualpa, Rumiñahui o Cara de Piedra logró ocultar el tesoro en los Llanganates. La conquista española se dividió, Francisco Pizarro se dirigió al cuzo, pero Sebastián de Benalcázar siguió la búsqueda para encontrar a Rumiñahui. Según cuenta la leyenda ecuatoriana, lo encontró en la ciudad de Pillaro, cercano a los Llanganates.
Se logró capturar a Rumiñahui y fue quemado en la plaza de Quito. Pero el lugarteniente de Atahualpa permaneció con el secreto de donde ocultó el tesoro inca.
Se han realizado varias expediciones en búsqueda del Tesoro de Atahualpa, pero no se ha encontrado.
Hasta ahora solo es una leyenda.