Cómo evitas caer en ello
Si deseas dejar de comer de manera emocional, has de solucionar las principales causas. Sería sencillo recomendarte que comas menos o escojas alimentos más saludables, pero si no se aborda el origen, esto no te resultará posible.
Entonces, comienza por aprender a conectarte con tus sensaciones interoceptivas. Escucha a tu cuerpo y haz un esfuerzo por entender el mensaje que quiere transmitirte en cada momento. Por otro lado, es necesario que adquieras recursos personales más adecuados para gestionar tus emociones. Las técnicas de relajación, el ejercicio físico o la escritura terapéutica pueden serte de utilidad.
En ocasiones, es posible confundir la sed con el hambre y, por ello, comes en exceso sin necesitarlo. Así, cuando creas estar hambriento, prueba a tomar un vaso de agua. Comprobarás que muchas veces se calma la sensación interna.
Comer de manera consciente ayuda a desarrollar una relación más sana con la comida. Y, sobre todo, te permite identificar cuándo estás saciado. Así, antes de ingerir ningún alimento, siéntate en un lugar tranquilo y sin distracciones que te permita enfocar tus cinco sentidos en la comida y en tu cuerpo.
Ante todo, aprende a identificar tus sensaciones. Antes de comer algo pregúntate cómo te sientes, cuánto hace que has comido y si es posible no sea hambre real.