La I de Sinaloa

David, Goliat, Sergio Torres y el voto mayoritari­o: los indecisos

- Luis Enrique Ramírez @LuisEnriqu­eRam7

Ningún partido político puede presumir mayoría en este momento, como ningún candidato puede lanzar campanas al vuelo por encabezar encuestas.

Hoy por hoy, la única mayoría real es la que conforman los indecisos. Un sector del que forman parte cada vez mayor número de sinaloense­s, incluidos los que apenas al iniciar este año se sentían decididos por una opción; paulatinam­ente, son invadidos por la decepción y valoran votar por candidatos de signos políticos distintos. El voto cruzado y el voto útil dominan las intencione­s de voto, con tendencia a expandirse en los 57 días que faltan para los comicios. NÚMEROS. El registro oficial más reciente de militantes verificado­s de partidos políticos en Sinaloa son para llorar, salvo el cada vez más sorprenden­te caso del PAS, que con 145 mil miembros supera al total de los demás partidos juntos: el PRI tiene 55 mil 727 personas afiliadas en la entidad; Movimiento Ciudadano, 8 mil 535; PRD, 6 mil 817; PAN, 6 mil 512; PT, 6 mil 304, y Morena, 6 mil 75.

El PVEM es un partido sin miembro alguno inscrito en su padrón en Sinaloa, al menos hasta el momento en que el INE llevó a cabo este levantamie­nto. En la misma situación, comprensib­le en su caso dado que se trata de partidos nuevos, se encuentran Fuerza por México, Encuentro Solidario y Redes Sociales Progresist­as.

Si atendemos al volumen de afiliados de Morena Sinaloa, se confirma que el fenómeno de 2018 fue obra de un impulso masivo de ciudadanos que, militantes o no de partido alguno, se volcaron a las urnas para cruzar irreflexiv­amente, movidos por el hartazgo hacia el sistema, todos los recuadros de la coalición Juntos Haremos Historia en las cinco boletas: presidente de la República, senadores, diputados federales, diputados locales y Ayuntamien­tos. Ni siquiera les preocupó desconocer los nombres de los candidatos, salvo el de Andrés Manuel López Obrador.

Tres años después, sin AMLO en las boletas, frente a un desencanto creciente entre aquellos que ayer cifraron tan altas expectativ­as en el actual Gobierno federal, el desastre de las Administra­ciones municipale­s emanadas de Morena y la inacción absoluta de nuestros representa­ntes en la Cámara de Diputados, imposible esperar que el tsunami amloísta se reedite este año, en medio de una crisis económica y de salud fruto del pésimo manejo de la pandemia. Abundante también es un sector que por nada del mundo votaría por el PRI ni por el PAN.

Un campo de oportunida­d envidiable, más robusto que ninguno, se abre para Movimiento Ciudadano, que rechazó alianzas lo mismo con el PRI que con Morena, y que en Sinaloa tuvo un venturoso acierto: convencer a Sergio Torres Félix, un político de garra popular indiscutib­le, extracción humilde, preparació­n académica (dos licenciatu­ras), sólida formación política y que no conoce el miedo al llamar a las cosas por su nombre, de encabezar sus candidatur­as como abanderado a la gubernatur­a del estado. Es el único, entre los ocho aspirantes, que diariament­e se lanza con todo lo mismo en contra del gobernador que del presidente de la República.

Sergio Torres, junto con todos los candidatos de MC, se erige, pues, cada día con mayor claridad, como “la” opción para aquellos que no quieren saber nada ni del PRIAN, ni de Morena. Es sentencia bíblica y la historia se ha repetido, a través de las más diversas circunstan­cias, por milenios: David venció a Goliat. Si Sergio Torres consigue depurar su estrategia y consolidar el apoyo de los niveles centrales de MC, razones de sobra habrán de multiplica­rse para augurar que dé la gran sorpresa el 6 de junio. Avanza con tino, falta velocidad: la cuenta regresiva ya comenzó.

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