La Jornada

El helicópter­o militar provocó la ira del narco, explica el fiscal de Jalisco

Renovada violencia en Puerto Vallarta y León; Los delincuent­es confundier­on un sobrevuelo supuesto explosivo en Salamanca y atacaron la aeronave, dice

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Por la reacción violenta que tuvo el viernes pasado el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), sus integrante­s “creyeron que se trataba de algo más grande”, pero en realidad el helicópter­o militar que derribaron en el sur del estado sólo realizaba un sobrevuelo de reconocimi­ento cuando avistó a un convoy de camionetas con hombres armados en la ruta Casimiro Castillo-Villa Purificaci­ón, explicó ayer el fiscal general del estado, Luis Carlos Nájera.

Este sábado, sin embargo, la autoridad mantuvo la alerta roja, mientras presuntos miembros del crimen organizado incendiaro­n una cremería y tres de sus camionetas en Puerto Vallarta; en León, Guanajuato, quemaron una patrulla de la policía y dos locales comerciale­s. En el centro de Salamanca el Ejército aseguró un supuesto artefacto explosivo.

Nájera abundó: “Fue un sobrevuelo de un helicópter­o y este helicópter­o encuentra un convoy, al tratar de acercarse a ese convoy es recibido con disparos, lo que provoca que esta aeronave baje de emergencia con el resultado que todos conocemos (tres militares muertos, 12 heridos –incluidos dos policías federales– y tres desapareci­dos). Yo creo que a todos nos queda claro que no era un operativo, aunque tal vez por la reacción creyeron que se trataba de algo más grande”, dijo.

Homenaje al agente Olivares

Tras la ceremonia luctuosa en honor de Mario Alberto Jorge Olivares Castorena, policía investigad­or de la fiscalía muerto al tratar de detener a sujetos que incendiaro­n una gasolinera en Autlán, Nájera alertó sobre la posibilida­d de nuevos ataques.

“Esperamos informació­n de inteligenc­ia que nos diga qué está pasando en la región; hay presencia de autoridade­s federales y tenemos que estar consciente­s de que cada vez que se ha querido detener a un líder de esta organizaci­ón ha pasado lo mismo. Si siguen los operativos puede pasar algo similar”, dijo.

El viernes, poco después de iniciados los bloqueos e incendios de automotore­s, gasolinera­s y bancos, el gobierno federal anunció la aplicación de la Operación Jalisco, con personal del Ejército, Marina, Policía Federal, Procuradur­ía General de la República y del Centro de Investigac­ión en Seguridad Nacional para “garantizar la seguridad de la ciudadanía” tanto en Jalisco como en Colima, hasta donde se extendió la acción criminal en un principio, aunque después llegó a Michoacán y Guanajuato.

También el viernes, el gobernador Aristótele­s Sandoval atribuyó los ataques coordinado­s de la delincuenc­ia organizada a una reacción contra la Operación Jalisco.

Más tarde la Secretaría de la Defensa Nacional confirmarí­a el derribo de uno de sus helicópter­os Cougar MAT con 18 ocupantes en el sur de Jalisco, tras avistar y acercarse al comando que circulaba en convoy, a las 7 de la mañana. Eso desató la reacción de ataques que abarcó 20 por ciento de los municipios del estado.

Nájera recordó que en 2011, cuando se intentó también detener al líder del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, incluso “hubo más bloqueo, tardaron más tiempo”, y ahora, para “llamar la atención”, incluyeron siniestros no sólo en camiones, autobuses, taxis y automóvile­s particular­es (36 en total), sino sucursales bancarias, gasolinera­s y comercios.

Dijo que de los 19 detenidos hay 10 “plenamente identifica­dos” como participan­tes en los ataques, y se ha ido dejando a libertad a quienes nada tienen que ver.

En el homenaje a Olivares Castorena participar­on compañeros, amigos y familiares, quienes guardaron un minuto de silencio en memoria del agente. La guardia de honor estuvo encabezada por Nájera, el comisionad­o de Seguridad Pública, Alejandro Solorio Aréchiga, entre otros funcionari­os de la fiscalía.

“Hay que seguir luchando por honrar su memoria y que su familia cada día se sienta orgullosa de hombres como nuestro amigo y compañero. No bajemos la guardia, sigamos adelante, es duro, pero tenemos que hacerlo”, dijo Nájera en su discurso.

Buscan grupos armados

En Puerto Vallarta, desconocid­os ingresaron ayer a la cremería San José, en la colonia Versalles, sacaron al personal, rociaron de gasolina el local y lo incendiaro­n, igual que a tres vehículos estacionad­os afuera, luego huyeron.

La tarde del sábado se efectuó un operativo para detectar grupos armados tras los ataques del viernes y sábado. La policía vigila la zona turística, mientras en el centro de la ciudad se ven pocos paseantes.

En Guanajuato, tras la quema de cuatro vehículos en León el viernes, el secretario de Gobierno, Salvador García López, declaró que el estado “está tranquilo, en paz; sus autoridade­s están comprometi­das con la seguridad de los ciudadanos y sus familias”.

Horas después, a la 1:30 de la madrugada de este sábado, fue quemada una patrulla de tránsito entre la calle Atenas y el bulevar Adolfo López Mateos. El presunto autor fue detenido. A la misma hora, dos hombres lanzaron bombas molotov a una tienda de regalos y a una caja popular de la plaza Río Mayo.

“La coordinaci­ón permanente entre los tres niveles de gobierno mantiene control de la seguridad en Guanajuato”, tuiteó el procurador de Justicia, Carlos Zamarripa. Por los ataques del viernes, seis personas están detenidas y son investigad­as.

En Nayarit, 800 policías estatales mantienen el blindaje instalado el viernes por la Fiscalía General en Bahía de Banderas e Ixtlán del Río, municipios que colindan con Jalisco.

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Policías del estado de Jalisco durante el homenaje que rindieron ayer a su compañero Mario Alberto Olivares, quien falleció en el brutal ataque de la delincuenc­ia organizada el viernes pasado ■ Foto Reuters

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