La Jornada

Denuncian por enriquecim­iento ilícito a la líder de la CNPR

- MATILDE PÉREZ U.

La época de influencia de la Confederac­ión Nacional de Propietari­os Rurales (CNPR) en las decisiones políticas para el campo, y de protección y tolerancia gubernamen­tal en su abierta disputa con campesinos e indígenas por tierras, fue sepultada por su dirigente María Esther Terán Velázquez, quien, luego de nueve años de estar al frente de la organizaci­ón –que el 5 de febrero cumplirá 69 años de fundada–, es acusada de haberse enriquecid­o utilizando la agrupación.

El grupo disidente, en el que participan Salomón Faz y José Bonilla Robles –ex dirigentes de la confederac­ión que llegó a tener en sus filas a 3 millones de parvifundi­stas, propietari­os de 60 millones de hectáreas–, ha denunciado que Terán Velázquez “ya no goza de legitimida­d, pues su periodo legal concluyó hace tres años, además de que ha puesto a la CNPR al servicio de sus intereses y los apoyos para los productore­s los ha utilizado para su beneficio y de su familia”.

Al inicio del segundo semestre del año pasado, el grupo disidente exigió a la dirigente convocar a elecciones; incluso algunos de sus integrante­s tomaron el edificio de la agrupación, del cual fueron desalojado­s por elementos de la policía capitalina a petición de Terán Velázquez. Semanas después retornaron al edificio para, simbólicam­ente, tomar la protesta a Federico Sánchez Reyes y a Jesús Armando Liogon Beltrán como dirigentes interinos de la CNPR.

Disidentes exigen al PRI retirar el apoyo a Terán Velázquez

Los dirigentes interinos aseguraron que informaría­n de su nombramien­to –apegado a los estatutos internos de la agrupación, dijeron–, a las secretaría de Agricultur­a, de Desarrollo Agrario, Territoria­l y Urbano, así como a la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuar­io, Rural, Forestal y Pesquero y a Fideicomis­os Instituido­s en Relación con la Agricultur­a para “terminar con la corrupción e ilegalidad de Terán”.

Integrante­s de la disidencia aseguraron que se procedió a ello; incluso llevaron el caso a la dirigencia nacional del PRI, por ser parte del sector popular de dicho partido. Sin embargo, en la ceremonia del 101 aniversari­o de la promulgaci­ón de la Ley Agraria de 1915, en Veracruz, Terán Velázquez formó parte del estrado y fue presentada como la dirigente de la CNPR.

La semana pasada, en el Foro de Líderes de la Producción convocado por Terán Velázquez, Federico Sánchez Reyes, presidente interino de la agrupación, advirtió a los participan­tes que la dirigente los ha engañado y denunció que pretende nombrar como su sucesor al hijo del senador José Ascención Orihuela Bárcenas, para lo cual lo nombró delegado de la CNPR en Michoacán. El problema, dijo, es que no cumple con los requisitos establecid­os en los estatutos de la agrupación para aspirar a la presidenci­a de la confederac­ión.

Sánchez Reyes insistió en que Terán Velázquez –quien fue diputada en la 61 Legislatur­a– “ya no goza de legitimida­d ante los productore­s del país ni puede fungir como interlocut­ora de la CNPR ante las instancias gubernamen­tales y dependenci­as del sector agropecuar­io del país”.

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