El banco central
res del crecimiento prendidos’’.
La referencia a las reformas se orilla en la medida en que los ingresos de dólares y los recursos fiscales se están mermando, que el peso se achica rápidamente ante el dólar y que no cuajan las condiciones para acelerar el crecimiento de la producción, del empleo y los ingresos de los hogares.
La otra condición que señaló fue la importancia de que se consolide la recuperación de la economía de Estados Unidos, ‘‘pues jalaría a la mexicana’’. Ese es ya un trámite usual del discurso de la política económica en el país, pero que dista de ser un elemento contundente para apoyar el crecimiento interno.
Aunque la venta de autos en Estados Unidos se ha recuperado, no ha significado un impulso para el sector automotriz en México. La producción industrial cae, la construcción y la producción manufacturera y de energía no repuntan.
En aquella economía no están asentadas las condiciones de la recuperación, y a eso se añade la inestabilidad global. Difícilmente actuará como locomotora de la actividad económica en México. No debe perderse de vista que incluso en la fase más intensa del aumento de las exportaciones al amparo de la entrada en vigor del TLCAN, la tasa de expansión del PIB no rebasó el promedio anual de largo plazo de 2.6 por ciento que se registra desde hace tres décadas. Enero está siendo muy malo económicamente a escala mundial y recrudece las condiciones de la crisis de 2008.
El 8 de marzo el gobernador indicó que ‘‘hay una sobrerreacción del tipo de cambio ante la falta de claridad de China sobre el nuevo modelo de economía que seguirá’’. Esto debido a la desaceleración del ritmo de crecimiento que exhibe en los últimos 25 años. Pero el asunto rebasa la cuestión china que ha introducido un gran elemento de distorsión y volatilidad en los mercados. El valor del peso se deprecia esencialmente por las repercusiones internas que tiene la menor entrada de dólares por concepto de la exportación de petróleo y de manufacturas, y por la salida de capitales.
Tanto el gobernador como el secretario de Hacienda y los expertos de los bancos apuntan que cuando pase la turbulencia en el mercado cambiario el peso volverá a apreciarse. La verdad es que nadie sabe cuándo y