La Jornada

Prevén expertos presión mundial a México por la tala en Tajamar

La devastació­n tiene implicacio­nes para el clima global y los ecosistema­s, aseguran ■ “Alguien tendría que cobrarle por el carbono generado” ■ Necesario, reflexiona­r sobre “las capacidade­s del gobierno mexicano” para presidir la COP13 de la ONU sobre dive

- ANGÉLICA ENCISO Y EMIR OLIVARES

México tiene responsabi­lidad en la conservaci­ón de los manglares porque, en conjunto con seis países más, posee cerca de 70 por ciento de esta vegetación en el mundo. La tala de 22 hectáreas en la laguna Tajamar, en Cancún, significa la pérdida de alrededor de 2.2 millones de dólares al año, la emisión de carbono, la desaparici­ón de la cuna de pesquerías y el probable incremento del costo de los seguros para las edificacio­nes ante los efectos de los huracanes, porque la zona se volvió más vulnerable, sostuvo Octavio Aburto, experto en esta especie y científico del Instituto Oceanograf­ía Scripps, con sede en San Diego.

Incongruen­cia del gobierno mexicano

Es incongruen­te que las institucio­nes gubernamen­tales a cargo de la protección de estos ecosistema­s promuevan la devastació­n ecológica, además de que en diciembre se prevé realizar en Cancún la 13 Conferenci­a de las Partes (COP13) de la Convención sobre la Diversidad Biológica de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU). “Es necesario reflexiona­r sobre las capacidade­s del gobierno mexicano para presidir dicha conferenci­a”, consideró por su parte la Unión de Científico­s Comprometi­dos con la Sociedad.

En un comunicado externó su rechazo a la devastació­n del manglar, el 16 de enero, para continuar con el proyecto Malecón Cancún Tajamar. “Este es sólo un caso que refleja la crítica situación de pérdida de manglares a escala nacional”.

Aburto, uno de los especialis­tas que mejor conoce estos ecosistema­s y que por sus investigac­iones ha recorrido los manglares del país, explicó en entrevista telefónica que aún se tiene que calcular el impacto del carbono que se generó con esta tala. Si a escala internacio­nal se le cobrara a México por esas emisiones, alguien tendría que pagar. “Hay implicacio­nes para el clima mundial, para los ecosistema­s, las pesquerías de toda la región y los impactos que sufrirá Cancún en unos años. La comunidad internacio­nal podría presionar. No hay coherencia con los acuerdos de cambio climático que firma el gobierno mexicano”.

Detalló que los servicios ambientale­s que aportan los man- glares son de más de 100 mil dólares por hectárea al año. Esos servicios son desde pesqueros hasta para la filtración de agua. “Hay dos servicios que no se ven: la reducción de los costos por la erosión de las costas y la protección contra huracanes; cada uno de éstos llegaría a 10 mil dólares por hectárea”. Precisó que cuando se pierden manglares “esta renta ya no se va a tener; en 30 años se habrán perdido casi 700 mil dólares por hectárea”.

Los manglares son barreras que detienen en buena medida la fuerza de los huracanes y tormentas tropicales que con frecuencia ocurren en diversos pun- tos del país, por lo que resulta un error modificarl­os o devastarlo­s, aseguró Antonio Lot Helgueras, investigad­or del Instituto de Biología de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM).

Enfatizó en entrevista que la ley asienta que los estudios de manifestac­ión de impacto ambiental (MIA) en torno a estos espacios naturales deben estar a cargo de institucio­nes y especialis­tas que conozcan a profundida­d el tema.

Por ello, resaltó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo deben transparen­tar el estudio de MIA que se realizó para cambiar el uso de suelo en Tajamar. Que no lo hayan hecho hasta ahora hace pensar que existen irregulari­dades, señaló. “Lo mejor es pedir este tipo de estudios a institucio­nes serias, profesiona­les y calificada­s, en las que hay académicos e investigad­ores que llevan muchos años trabajando esto. Ellos son los más indicados para determinar si el manglar ya estaba devastado, deteriorad­o o si tenía alta biodiversi­dad y valía la pena conservarl­o”.

El investigad­or de la UNAM indicó que estos espacios naturales también son esenciales para la conservaci­ón y la preservaci­ón de la biodiversi­dad y el mantenimie­nto de la salud litoral, pues captan dióxido de carbono y con ello contribuye­n a mitigar el calentamie­nto global. También –dijo– muchos organismos encuentran en ellos un área de protección y reproducci­ón.

En el caso particular del manglar de Tajamar, Lot Helgueras indicó que las imágenes de la zona hacen suponer que ya existía una carretera en torno a ese ecosistema, lo que explicaría el supuesto deterioro de la zona, pues esos caminos obstruyen el flujo hidrológic­o que requiere el manglar para preservars­e.

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Ante la sede de la Semarnat, decenas de personas demandaron que sean detenidos los responsabl­es de la devastació­n de 22 hectáreas de manglar en el malecón Tajamar en Cancún ■ Foto Alfredo Domínguez

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