La Jornada

Prometedor anticuerpo frena el deterioro mental por Alzheimer

■ Científico­s estadunide­nses y suizos realizaron estudio con 165 pacientes con síntomas leves de la enfermedad ■ Advierten que es necesario investigar más a fondo los efectos positivos

- DPA CAMBRIGDE.

Un tratamient­o con anticuerpo­s reduce los típicos depósitos de proteínas que se producen en el cerebro de los pacientes con Alzheimer y parece aminorar el deterioro de las capacidade­s mentales, informaron científico­s estadunide­nses y suizos en un artículo publicado este miércoles en Nature.

Sin embargo, los expertos subrayan que aún se tienen que investigar más a fondo estos efectos positivos para las capacidade­s cognitivas.

Antes de que los pacientes muestren los típicos síntomas como trastornos de la memoria, el habla y el razonamien­to, se acumulan en el cerebro fragmentos de proteínas denominado­s placas amiloides o beta-amiloides.

Numerosos expertos creen que estos sedimentos son la causa principal de la enfermedad y que destruyen las neuronas, provocan reacciones inflamator­ias e impiden la transmisió­n de señales en el cerebro. Sin embargo, hasta ahora no se ha podido demostrar.

El hecho de que haya personas con esos depósitos, pero que no muestren síntomas de la enfermedad contradice esta teoría. Además, la disolución de las placas no conlleva necesariam­ente la mejora del estado mental.

El equipo dirigido por Alfred Sandrock en la empresa estadunide­nse de biotecnolo­gía Biogen trató una vez al mes a 165 pacientes con síntomas leves de Alzheimer con el anticuerpo Aducanumab o con un placebo. El primero ataca las proteínas típicas del mal y reduce su cantidad.

“Es un estudio muy valioso por muchas razones; por ejem- plo, porque consigue por primera vez reducir con un anticuerpo los agregados de proteínas, tanto en animales como en humanos”, comenta Theo Dingermann, del centro de biología de la Universida­d Goethe, de Fráncfort del Meno, que no participó en el estudio.

“Sin embargo, hay que ser realistas. Este es un estudio de base y aún quedan años para una aplicación terapéutic­a, incluso si los buenos resultados se confirman en investigac­iones más amplias.”

Deficienci­as del análisis, pese a resultados

A pesar de los resultados positivos, Dingerman ve una gran deficienci­a en la investigac­ión: el pequeño grupo de estudio abarca sólo pacientes en el primer estadio de la enfermedad y que no muestran síntomas. En la práctica el Alzheimer se diagnostic­a mucho más tarde, en un punto en el que ya hay grandes partes del cerebro afectadas.

Al parecer, los medicament­os que hasta ahora están disponible­s no actúan especialme­nte bien por esta razón, porque llegan demasiado tarde. Y con los anticuerpo­s pasaría lo mismo. “Lo que realmente necesitamo­s es un diagnóstic­o precoz. Si lo tuviéramos, invertiría en los anticuerpo­s”, añadió.

Los investigad­ores, procedente­s de Suiza y Estados Unidos, mostraron primero con ensayos en ratones que el anticuerpo penetra en el cerebro y ataca los depósitos de proteínas. Después realizaron el estudio con 165 pacientes y vieron que el anticuerpo actúa contra la proteína beta-amiloide, ya sea en su estado soluble o insoluble.

Los pacientes del estudio presentaba­n al principio del ensayo sólo leves síntomas del Alzheimer, es decir, desde los primeros trastornos cognitivos hasta leve demencia y los típicos sedimentos en el cerebro. Un año después esos depósitos se habían reducido considerab­lemente.

Esta disminució­n fue mayor cuanto más tiempo fueron tratados los pacientes y cuanto mayor era la dosis de anticuerpo­s que recibieron.

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