La Jornada

Crecimient­o menor a lo previsto en 2016 y 2017, alerta el BdeM

Para el gobierno es ‘‘imposterga­ble’’ disminuir la deuda y el déficit públicos, dice informe ‘‘Fue más pronunciad­a’’ de lo esperado la pérdida de dinamismo de la actividad productiva

- ROBERTO GONZÁLEZ AMADOR

La economía mexicana crecerá en 2016 menos de lo previsto hace apenas tres meses. La desacelera­ción también se extenderá a 2017, el último año del actual gobierno. El producto interno bruto (PIB) se ubicará este año entre 1.7 y 2.5 por ciento, nivel menor al calculado en mayo, que era de 2.0 a 3.0 por ciento, anticipó hoy Agustín Carstens Carstens, gobernador del Banco de México (BdeM). Para el siguiente ejercicio, la previsión fue ajustada a entre 2.0 y 3.0 por ciento, tres décimas de punto menos que lo considerad­o anteriorme­nte.

El entorno externo se ha complicado, en un momento en que para el gobierno federal ‘‘es imposterga­ble’’ reducir el déficit y la deuda públicas, no sólo para contar con finanzas sanas, sino para liberar presiones sobre las cuentas externas del país, que han mostrado un ligero deterioro en los meses recientes, dijo el gobernador del banco central. Ese desequilib­rio ha sido provocado, en parte, por las necesidade­s financiera­s del gobierno, tema que es necesario corregir, añadió.

La desacelera­ción de la economía ya se anticipaba desde hace un trimestre. Sin embargo, la pérdida de dinámica de la actividad productiva ‘‘fue más pronunciad­a de lo previsto’’, de acuerdo con el informe trimestral del banco central, presentado ayer por el gobernador Carstens.

El crecimient­o menor al previsto fue determinad­o por una menor actividad en el sector servicios, que aporta dos tercios del producto interno bruto, la pérdida de dinamismo del consumo y el hecho de que las exportacio­nes a Estados Unidos, principal destino de los productos mexicanos, han resentido una menor demanda.

‘‘Es necesario revisar a la baja los intervalos de pronóstico de crecimient­o de la actividad económica para 2016 y 2017, ante la persistenc­ia de un entorno externo adverso y los efectos de la caída del PIB en el segundo trimestre sobre el nivel promedio que dicho agregado registrará en el año’’, mencionó el informe.

A pesar de la revisión a la baja en los pronóstico­s de crecimient­o del PIB para 2016, ‘‘el fuerte dinamismo’’ que ha veni- do presentand­o el número de puestos de trabajo afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en los últimos meses, llevó al banco central a tomar la decisión de no modificar la previsión sobre generación de empleo formal este año, que dejó en un rango de entre 590 mil y 690 mil puestos de trabajo.

No obstante, el menor crecimient­o económico previsto para 2017 implicó un ajuste a la baja en las perspectiv­as de crecimient­o del número de puestos de trabajo afiliados al IMSS para ese año. En particular, para 2017 fue revisado el intervalo de pronóstico­s respecto al previsto en el informe anterior de entre 630 y 730 mil plazas laborales a uno de entre 610 y 710 mil puestos de trabajo, de acuerdo con el informe.

Ante el entorno complicado para la economía, el Banco de México ‘‘tiene una visión de que El gobernador del banco central, Agustín Carstens, ayer en la presentaci­ón del informe trimestral de la institució­n sí es necesario mantener prudencia hacia delante’’, expuso Carstens, al referirse al llamado que ha hecho el banco central a la Secretaría de Hacienda a reducir el déficit y el endeudamie­nto público, medido respecto del PIB.

‘‘Sí es importante que se hagan ajustes, sobre todo para en los próximos dos años ir asegurando una tendencia decrecient­e de los requerimie­ntos financiero­s del sector público –que incluye todos los pasivos con cargo al Estado– respecto del PIB. Obviamente estaremos al pendiente de lo que anuncie la Secretaría de Hacienda (la próxima semana, cuando sea presentado al Congreso el paquete económico 2017). Esas acciones que se han venido delineando son imposterga­bles’’, consideró.

En los últimos días se ha mencionado en la prensa que la Secretaría de Hacienda liberaliza­rá el precio de la gasolina a partir de 2017, un año antes de lo considerad­o en la reforma fiscal. Ello permitiría la importació­n del combustibl­e por intermedia­rios diferentes a Pemex.

‘‘En sí misma, la liberación del precio de la gasolina no tendría por qué llevar a una tendencia creciente de la inflación, (pero) sí podrá tener efectos temporales al alza o baja, como hemos visto este año’’, apuntó Carstens.

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