UN ERROR, TRAER A TRUMP
La explicación de Enrique Peña Nieto de por qué se reunió con Donald Trump no justifica que lo haya hecho personalmente ni que lo haya traído a México. Pudo mandar una misiva y punto, a fin de guardar la dignidad ante un vulgar agresor de la nación. Pero traer al detestable racista y fascista para dar trato diplomático a quien ofende a los mexicanos es humillar a la nación y a sus ciudadanos. Degrada la política exterior y a la propia institución presidencial.
Los artículos 87 y 89 de la Constitución obligan a Peña Nieto, en primer lugar, a “desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República”, a llevar la política exterior con “igualdad jurídica de los estados”. Y Trump no representa a Estados Unidos. Además, llevarla con “el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos”. Desde luego de los mexicanos en primer lugar, antes que de nadie.
Este error es de enorme trascendencia nacional e internacional, para el prestigio y respeto de México. haber separado del cargo de director de Tv UNAM a Nicolás Alvarado, quien es un presuntuoso, prepotente e insufrible personaje y, por tanto, era incompetente para cumplir con lo que representa dicho cargo. Buena decisión, señor rector. también en el país (está en juego el proyecto de ciudad que queremos).