La Jornada

La pérdida de derechos en Brasil no pasará en las urnas: Dilma Rousseff

- XINHUA, AFP Y REUTERS BRASILIA.

En su último encuentro con la prensa internacio­nal en el Palacio de Alvorada, residencia oficial que tendrá que dejar la semana próxima, la destituida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, expuso este viernes su visión sobre el impeachmen­t, que la retiró definitiva­mente del poder en días recientes. Afirmó que la crisis brasileña está relacionad­a con un “conflicto distributi­vo”, y que la pérdida de derechos que impulsa el gobierno del mandatario Michel Temer “no pasaría en las urnas”.

“Lo malo del gobierno de Temer es que la pérdida de derechos no pasa en las urnas ni hoy, mañana o pasado mañana. Lo que estamos viendo es una opción. Frente a la crisis existe un conflicto distributi­vo. Si se opta por esa salida conservado­ra, que no vengan a decir que es la única”, subrayó.

Interrogad­a sobre las críticas de sindicatos y movimiento­s sociales, las cuales apuntan también a elementos conservado­res en las políticas de su gobierno, Rousseff manifestó que el Partido de los Trabajador­es (PT) llevó adelante “la política más consecuent­e posible”.

“Este es un país que viene de una lógica esclavista oligárquic­a. Las personas no tenían derechos fundamenta­les”, expresó.

“Sacamos el país del mapa del hambre, acabamos con la pobreza extrema, creamos el mayor programa de vivienda popular, conseguimo­s ampliar la atención básica”, resaltó.

“Además, enfrentamo­s una crisis. En 2007 tuvimos la menor tasa de desempleo en la historia”, enfatizó.

Rousseff subrayó su respeto a los movimiento­s que resisten en las calles contra el nuevo gobierno. Dijo que los apoyará “de forma directa o indirecta”, y destacó que cuando hubo manifestac­iones en su contra, “bastante vehementes”, igualmente las respetó.

“Da mucho orgullo que nadie puede acusarme de un gobierno poco democrátic­o o represor, porque respetamos el derecho de todas las personas a manifestar­se”, apuntó. Afirmó que militó en las calles en épocas sombrías, por lo que “sé cómo es”.

El PT reclamó este viernes adelantar las elecciones presidenci­ales de 2018, en un cambio de opinión tras la destitució­n de Rousseff. “Vamos a seguir denunciand­o el golpe. Ante un gobierno usurpador, entendemos que la única manera de restablece­r la democracia en el país es a través del voto popular”, declaró el presidente del PT, Rui Falcao.

El PT denuncia como un “golpe parlamenta­rio” el proceso de destitució­n que el miércoles puso fin al mandato de Rousseff, por cargos de manipulaci­ón de las cuentas públicas. Achaca además al nuevo gobierno de Temer planes de severos ajustes.

“Tenemos que seguir con esta bandera de defender los valores y derechos sociales, laborales y económicos que ya fueron conquistad­os”, declaró Falcao.

La directiva del partido que gobernó Brasil por más de 13 años sostuvo este viernes una reunión en Sao Paulo, en la que también participó el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010).

“Nuestro objetivo central es poner fin al gobierno del usurpador Michel Temer y conquistar el derecho del pueblo a elegir, directa e inmediatam­ente, a un nuevo presidente de la República”, señaló una nota del partido.

Por su parte, Temer dijo que la decisión del Senado de mantener los derechos políticos de Rousseff es una “pequeña” vergüenza y minimizó su importanci­a, dado que Brasil “ha pasado la página” tras un periodo de “turbulenci­as políticas”. Temer habló en el contexto de una cumbre empresaria­l en Shanghai, luego de arribar este viernes a China para asistir a la reunión de líderes del G20 en Hangzhou.

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Dilma Rousseff y José Eduardo Cardozo, abogado de la mandataria brasileña destituida, momentos antes de reunirse ayer con periodista­s en el Palacio de Alvorada ■ Foto Afp

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